El escándalo de corrupciónque ha salpicado al gobierno polaco dirigido por su primer ministro Donald Tusk, que los medios han bautizado como «Blackjack-Gate» ha provocado que se aprobada con medida de urgencia una ley antijuego tan restrictiva que convierte a una de las potencias emergentes de Europa, Polonia, en uno de los países con menos permisibilidad en materia de juego offline y online.
El Blackjack-Gate ha provocado la dimisión de varios dirigentes del partido que gobierna Polonia debido a que algunos de éstos habían aceptado sobornos de empresarios relacionados con el juego que pretendían hacer fracasar la intención del Gobierno de subir los impuestos sobre las actividades de juego en el país. Al levantarse este escándalo, el Parlamento ha reaccionado rápidamente dando salida a una ley antijuego que deja a los casinos como únicos establecimientos en los que poder ofrecerse cualquier actividad de juego. En principio los más afectados serán estancos, bares y pubs que ya están empezando a retirar las máquinas tragaperras; pero la trascendencia de esta ley afecta también al juego online ya que la ley prohibe terminalmente jugar en internet desde el país.
Poner en práctica la ley se antoja complicado debido a la dificultad de evitar el juego online, pero no se descarta que se tomen medidas paralelas para evitar la difusión del poker online y las apuestas deportivas.
