2014 está a punto de terminar y los jugadores de poker hacen balance.
Liv Boeree ha vivido un gran año, tanto en lo profesional como en lo personal.
La astrofísica británica ha recuperado sensaciones de antaño en las mesas.
Aunque no ha logrado ningún pelotazo similar a su gran triunfo en el EPT San Remo 2010 (que le reportó un premio de 1.250.000€), sí se ha mostrado muy regular en los grandes torneos, fundamentalmente en el EPT (PCA, Montecarlo, Londres y Praga). También ha logrado un 2.º puesto en el Main Event del UKIPT de Edinburgh. Y ha pinchado en repetidas ocasiones en los majors dominicales de PokerStars, la sala que la patrocina.
Por otra parte, su noviazgo con el alemán Igor Kurganov le ha abierto las puertas al grupo de high rollers teutones comendado por Phillip Gruissem, lo que le ha permitido incrementar considerablemente sus conocimientos de poker. De hecho, Liv ha puesto de manifiesto los beneficios pokerísticos de su relación con Kurganov: «Habitualmente le hago preguntas; le consulto las dudas que tengo sobre las manos que he jugado; las discuto con él. A veces, cuando juega online, me siento a su lado y le miro, y le pido que me explique cómo es su proceso de toma de decisiones».
Liv también está muy satisfecha con su perfil solidario. Ha promovido la iniciativa Raising for Effective Giving (REG), consiguiendo donaciones de jugadores tan conocidos como Martin Jacobson o Jorryt van Hoof (ganador y tercer clasificado, respectivamente, del Main Event de las últimas WSOP).
Boeree empieza eufórica 2015: «Tengo la intención de participar en un montón de torneos. Estoy impaciente. Me siento una jugadora nueva y quiero probar mis nuevas armas. Quiero llegar de nuevo a una mesa final del EPT».
Liv está madurando. Leyendo sus declaraciones, parece que la chica alocada y festera del pasado ha quedado atrás. La nueva Liv parece una mujer muy interesante…
