Una de las muchas cosas que tienen en común el póker y otros deportes es que la atención mediática que recibe un jugador no tiene que ser proporcional a sus logros en las mesas.
El palmarés de Shawn Sheikan no puede explicar por sí solo la popularidad que adquirió el jugador de origen iraní a mitad de la primera década del siglo XXI.
La notoriedad se la otorgó su participación en las grandes producciones de televisión surgidas en la época del boom del póker, como High Stakes Poker o Poker After Dark.
¿Cómo logró Sheikhan un sitio en la agenda del hombre al frente de la productora de estos programas, Mori Eskandani? Bueno, compartían origen iraní, pero la verdadera razón por la que Sheikhan recibía invitaciones para todas esas grabaciones era por su fama de polémico y el enfrentamiento constante que promovía contra otra bomba de relojería, Mike Matusow.
Era la época de los «Bad Boys» del póker, que llegaron a protagonizar varios especiales del WPT. Jugadores conocidos por su lengua afilada y su falta de escrúpulos y maneras en la mesa, como Phil Hellmuth o Tony G.
Sheikhan adquirió su reputación cuando se enzarzó en una desagradable discusión con Mike Matusow frente a las cámaras de la ESPN que documentaban el Main Event de las WSOP en 2005. Desde entonces, hubo varios intentos de replicar el mismo cruce de descalificaciones en otros programas.
Como le sucedió a tantos otros, el Black Friday relegó a Shawn al olvido mediático, aunque la nueva generación de superestrellas como Tom Dwan ya había ocupado su espacio en las televisiones unos años antes.
Sheikhan volvió a las portadas por un escándalo de otra índole. La policía le acusó de regentar un negocio ilegal de distribución de marihuana y productos derivados. Ante las evidencias, Sheikhan se declaró culpable.
Su estrategia de defensa consistía en sustituir una probable condena de decenas de años de cárcel por libertad vigilada y el cumplimiento de cierta cantidad de horas en servicios comunitarios. Sin embargo, las pruebas que demostraban el alcance de su s delitos, como el hecho de que se confiscaran cinco armas de fuego y droga por un valor de 6M $ en el mercado negro en una propiedad a su nombre y que luego intentara comprar más armas para reponer las confiscadas, hicieron que la jueza optara por un condena de prisión.
Al menos, su equipo legal logró que la pena recomendada por la fiscalía se redujera notablemente, y finalmente se le ha impuesto una de cuatro años de cárcel. Además, el jugador ha entregado 300.000 $ en efectivo, la mayor parte en forma de fichas de casino.
Tiene dos mese para entregarse ante las autoridades para su ingreso en prisión, de la que no saldrá hasta cerca de 2028.