Estas nuevas elecciones traerán un cambio de gobierno, que dibujará, aún más si cabe, una nebulosa alrededor de la regulación del juego en el paí­s transalpino, que el presidente Giorgio Napolitano deberá intentar difuminar, nombrando un nuevo ejecutivo, capaz de lidiar con este tema, que hoy por hoy, se encuentra en una especie de limbo.

La prioridad, lógicamente, será atajar la lacra que supone la crisis financiera y económica, por lo que es relativamente sencillo, concluir con que se tardará todaví­a mucho tiempo en poder «meter mano» al tema de la regulación del juego, máxime después de que el Movimiento 5 Estrellas consiguiera 109 escaños en el Parlamento, un partido que siempre ha manifestado su intención de acabar con el juego patológico y la ludopatí­a.

Las dos leyes que regulaban el juego, no se han aplicado en los últimos dos años. Parece casi una obviedad asegurar que esta situación, seguirá siendo la misma en un futuro cercano. Solo un partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), presentó en su programa una serie de medidas para abordar este tema, si bien es cierto que se escucharon fuertes voces contrarias dentro del propio partido.

Uno de los polí­ticos italianos que intentó abordar el tema del juego online con mayor fuerza fue Pier Luigi Bersani, presidente del Partido Democrático, responsable de liberar las apuestas deportivas en 2006. Pese a sus esfuerzos, parece ser que tendrá complicada la tarea de reconocer como «legales» a las propias salas de poker.

Por todo ello, y teniendo en cuenta la nueva configuración del hemiciclo italiano, parece evidente que estas tareas se quedarán en el fondo del cajón y se abordarán tras hincar el diente a otras más importantes.

Mientras tanto, nos quedaremos con la información que nos dejaron los miembros de la DGOJ en la pasada reunión mantenida en Madrid con los medios españoles. Parece ser que a finales de año podremos compartir liquidez de jugadores con el paí­s transalpino.