Los dos protagonistas del Grudge Match, Doug Polk y Daniel Negreanu, han podido experimentar el mejor y el peor momento de todo el reto en las dos últimas sesiones, así­ de loca está la partida que poco a poco se acerca a su recta final.

Las sesiones tuvieron finales muy distintos.

La primera fue un recital de Polk, crecidí­simo después de ver la frustración aflorar de nuevo en Daniel y discutir acaloradamente la visión de su rival sobre hacia qué lado se está decantando la fortuna en el match. Doug estuvo posteando en varias redes sociales y foros durante la partida, inundó nuestro timeline de Twitter de manos con comentarios socarrones en los que nunca faltó la palabra «suerte», y se dio el gustazo de cerrar el cliente con 298.984$ ganados en 770 manos y una ventaja que, por primera vez, rebasó las siete cifras, 1.002.595$.

En su salsa, Doug empezó su entrevista de costumbre con un comentario en la misma lí­nea: «Esta ha sido la sesión en que más suerte he tenido hasta ahora«.

Un click más allá, en el canal de GGPoker, el calificativo elegido para la sesión fue «devastadora».

48 horas después, la fiesta habí­a cambiado de barrio. Daniel consiguió engatusar a Polk para jugar más de 1.000 manos pese a que la sesión pintaba horrible desde el principio. La tortura a la que fue sometido Doug fue infinita, y se tradujo en pérdidas cercanas a los 400.000$, casi la mitad de la ventaja acumulada en las 17.000 manos previas.

Negreanu se ganó el derecho a réplica en sus declaraciones post-partida y se explayó a gusto.

«Hoy tení­a dos opciones. O bien podí­a jugar como una nenaza, mantener los botes pequeños, jugar conservador y académico, o bien lanzarme de lleno con los cuernos por delante y jugar como un completo tarado, y eso es lo que creo que hice. Ni siquiera dejé que la gente de mi equipo viera lo que estaba haciendo. Solo podí­an comentar después, «uf, esa jugada es estúpida», «oh, eso es una locura» y así­ a cada mano. He ido all-in en cualquier tipo de situación. Esa mierda empezó funcionando desde el principio así­ que dije, que le den, y seguí­ todo el rato haciendo lo mismo. He sido un como un monete apretando teclas hoy«.

Ninguno de los dos ha quedado completamente satisfecho, por supuesto.

Doug recibió un varapalo que le ha borrado la sonrisa de la cara, y lo más probale es que la racha de Negreanu sea insostenible. Polk ya avisó de que, en caso de ver la victoria en peligro, no se avergonzarí­a por controlar los botes y cerrar las mesas que se pongan muy deep. Pero bueno, con los egos que hay en juego, cualquier cosa es posible. Al final de todo este guirigay, Polk sigue manteniendo una ventaja de 612.000$ y le ha restado 1.800 manos a la cuenta , que se apresura rápidamente hacia las 25.000 estipuladas. Quedan poquitas más de 6.000 por delante.

Pero claro, si en 1.000 manos se pueden quemar 400.000$ entre estos dos, hacia un lado o hacia otro, ¿quién se atreve a apartar la vista del monitor? Negreanu avisa: «Voy a seguir jugando a esto, varianza a saco. Al menos, voy a hacerlo divertido para la gente«.