Nos metemos a fondo en la nueva Ley de regulación del juego que el pasado 4 de febrero fue remitida al Congreso de los Diputados por el Consejo de Ministros. Antes de nada, podemos avanzar buenas noticias para el poker nacional. Y son buenas noticias porque, con los cambios introducidos en los porcentajes impositivos, el sector ha pasado de ser algo inviable, tal como estaba planteado en el anteproyecto, a ser una industria que, pagando impuestos, permitirá un modelo de negocio viable.
Lo más beneficioso para todos los estamentos del poker -usuarios, operadores y empresas relacionadas- es que hay un significativo cambio respecto a las cantidades a tributar. Si antes se especulaba con la obligatoriedad de que los operadores pagaran sus impuestos sobre el importe bruto de sus eventos, la ley refleja que deberán hacerlo sobre el importe neto de sus actividades.
Con un ejemplo se entenderá con meridiana claridad. Los operadores (salas de poker) pagarán impuestos sobre sus ingresos netos, es decir, del rake que recauden, no de todo el bruto que se mueva en la sala, que es como estaba planteado en un principio, es decir que, si en una mano la sala gana 5$ de rake, tributará sobre esos 5$, no sobre el total de las apuestas o recaudaciones para torneos. Se tributa sobre el rake del cash y los «fees» de los torneos.
El tanto por ciento estipulado en este caso es del 25%, pero la Ley permitirá a las Comunidades Autónomas aumentar, hasta un 20%, más la tasa impositiva.
Ahora tenemos unas horas de estudio sobre la nueva Ley y en los próximos días os iremos desgranando lo más significativo. De momento, el poker español está de enhorabuena.
Aquí encontrarás la Ley enviada al Congreso de los Diputados.
