Hoy hemos podido leer en opergame.com que la consultora Deloitte, una de las cuatro más importantes del mundo, ha hecho pública su opinión sobre la fiscalidad de los jugadores de poker, por medio de Marcos Río, senior manager de la empresa y especialista en cuestiones tributarias, en la jornada «Retos de las apuestas cruzadas y las máquinas de azar«.
Río ha señalado que poder descontar las pérdidas del juego de los ingresos brutos era la «opción más justa y también la más beneficiosa para todos«. En este sentido, ha incidido en que «es la Dirección General de Tributos la que debe explicar cómo debe aplicarse la medida y, en su ausencia, tendría que realizarse mediante desarrollo reglamentario puesto que el texto actual es muy escueto y no resuelve dudas importantes«. Como podemos apreciar, tiene las mismas dudas que nosotros sobre cómo contará Hacienda nuestros beneficios y nuestras pérdidas.
Así mismo, Río ha señalado las dificultades que pueden encontrar los jugadores para poder deducir las pérdidas derivadas del juego en los casinos presenciales. Por ello, ha recomendado que estas empresas emitan certificados o justificantes de cada movimiento de dinero que realicen en ellas los jugadores (compras y «ventas» de fichas de cash en los cajeros de los casinos, pagos de entradas de torneos, cobro de premios, etc.).
El representante de Deloitte también ha manifestado las dudas de su compañía sobre si se tributará por cantidades ganadas en las salas o tiendo en cuenta la diferencia entre ingresos y retiros. Y se ha mostrado partidario de esta segunda opción: «Aquí lo más adecuado sería hacerlo por cantidades retiradas, puesto que hay una gran polémica en la determinación de los bonos que pueden regalar las casas de apuestas, así que su funcionamiento debería asemejarse algo más al que se aplica al valor de las acciones y los derechos de plusvalía que generan«.
Río ha señalado que todos los expertos coinciden en que controlar las pérdidas y las ganancias es algo que beneficia a los jugadores, los «casinos» y la administración, y que la posibilidad de tributar por beneficios netos y no por ingresos brutos favorecerá especialmente a los «profesionales«: «Hay muy poca gente que gane dinero de verdad con las apuestas o el poker, por lo menos por ahora, así que es a estos jugadores a quienes mejor les viene la posibilidad de descontarse las pérdidas por las importantes cantidades que invierten«. Está claro que no lo ve como un mal menor…
Por otra parte, algo que nos da bastante repeto a muchos, a Río le parece un acierto: la aplicación con carácter retroactivo a 1 de enero de 2012 de la nueva fiscalidad de los jugadores. Como probablemente no le afecte a él, ha dicho: «Permite dotar al juego que se ha desarrollado durante este año de mayor transparencia«. Y ha reconocido como un gran avance para el control de la actvidad que todas las operaciones de juego online queden registradas y puedan llegar a manos de la Agencia Tributaria.
Como vemos, Deloitte ve normal la fiscalidad actual de los jugadores y el control del juego por el gobierno. Desgraciadamente, parece que cada vez estamos más lejos de la utópica tributación cero.
