Hace un tiempo, cuando comenzaban a sonar las primeras voces que insinuaban que Eurovegas podría acabar recalando en territorio madrileño, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ya advirtió que «habría que hacer todo lo posible para que la inversión de Adelson acabara en nuestro país«. Al parecer su sucesor, Ignacio González tomó buena nota de estas palabras, pues en una reunión celebrada ayer en el Gobierno madrileño, se anunció una medida extraordinaria que no dejará indiferente a nadie.
Tal como leemos en distintas publicaciones, como es el caso de 20minutos.es y elrecreativo.com la Comunidad de Madrid ha decidido modificar su normativa vigente, reduciendo la tasa de impuestos para las empresas del sector del juego, favoreciendo así la llegada de Eurovegas a territorio madrileño.
Hasta ahora, el baremo oscilaba entre el 22 y el 45%, dependiendo del volumen de ganancias de cada empresa. Con la puesta en marcha de esta medida, todas las empresas madrileñas del sector del juego (incluidos lógicamente el Casino Gran Madrid y el Casino de Aranjuez) pagarán el 10% de impuestos, y entrará en vigor a partir del momento en que el primer casino de Eurovegas abra sus puertas.
Las Vegas, donde Sheldon Adelson ha construido su imperio, fija unos impuestos a sus empresas del juego (que no son pocas) que oscilan entre el 6 y el 8%. Con este dato parece lógico pensar que Adelson tendría esta información cuando decidió anunciar que sus más de 7.000 millones de euros acabarían en nuestro país.
De hecho, José María Paredes, portavoz del Casino de Torrelodones lo tiene claro:
«Adelson jamás hubiese venido a Madrid con un tipo tan elevado«.
Pero como siempre sucede cuando se habla de dinero, impuestos y cosas de este tipo, no siempre llueve a gusto de todos. El colectivo más tradicional, tal como leemos en una publicación de Azarplus.com, califican la medida como «Ponerse al borde de la prevaricación».
Nosotros no vamos tan lejos en nuestras conclusiones. Lo que sí llama la atención, es el hecho de que si Eurovegas jamás llega a ser una realidad en el suelo madrileño, estas medidas parece ser que se archivarían, y jamás llegarían a ver la luz.
La polémica está servida.
