Estamos acostumbrados a oír a los jugadores hablar de «sus» WCOOP, que es como familiarmente se refieren al festival de Pokerstars.
También tenemos costumbre de ver cómo las cifras de premios inundan los titulares, e imaginamos a los afortunados pegándose grandes fiestas con las anacias, sabiendo que su vida está resuelta para los próximos meses.
Esa visión de los festivales nos ha dado muchos quebraderos de cabeza, incluida la interpretación que ha hecho Hacienda de ese tópico en su persecución a varios jugadores.
Nada más lejos de la realidad. Los premios se compensan con los gastos. Las buenas rachas con las malas. A largo plazo, los cracks ganan mucho. Los buenos, lo suficiente.
En este vídeo, se ve la realidad de un festival tan grande y tan fugaz como el WCOOP.
