Según fuentes de la BBC, durante un control rutinario realizado en una planta de tratamiento de residuos, la policía de Berlín descubrió un alto índice de radiactividad en un camión de recogida de basuras.
La policía rastreó la ruta del vehículo y descubrió mayores indicios de radiactividad en un restaurante. Por ello, realizó una redada y descubrió 13 cartas marcadas con una sustancia química llamada «iodine-125«, que suele utilizarse con fines médicos y tiene una vida media de 60 días.
La policía científica analizó las pruebas y llegó a la conclusión de que las cartas radiactivas eran utilizadas en timbas privadas.
Los tramposos llevaban ocultos sensores de radiactividad que permitían reconocer las cartas marcadas, lo que les proporcionaba una evidente ventaja.
Tras el descubrimiento, la policía ha ordenado el cierre y la desinfección de la zona. Así mismo, ha tranquilizado a los vecinos afirmando que no hay riesgo de contaminación.
El propietario del local ha sido denunciado por juego de azar ilegal.
Este método supera en mucho al utilizado en 2013 en un casino francés por el tramposo italiano Stefano Ampollino, quien acabó en prisión tras descubrirse que marcaba las cartas con una tinta «invisible», que solo él podía ver a través de sus lentes de contacto de infrarrojos.