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Tipos de grinders en Las Vegas

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El Team Pro de PokerStars Juan Manuel Pastor es un viejo lobo de mar que se las sabe todas, pero no siempre ha sido así­. Todos hemos sido novatos y a todos nos la han pegado alguna vez. De alguna manera hay que aprender y cometer errores es una buena manera de hacerlo.

Durante los últimos 10 años, Pastor ha viajado a Las Vegas durante 4 ó 5 semanas. Tiene mucho callo y mucho poker a sus espaldas y durante todo ese tiempo ha aprendido a distinguir los distintos tipos de jugadores con tan sólo echarles un vistazo. Es verdad que hay algunos a los que se cala con una simple ojeada, pero también los hay que son inclasificables.

«Creo que la mayorí­a de los jugadores están familiarizados con los estereotipos de las jóvenes asiáticas (por lo general, jugadoras muy peligrosas) y los jóvenes estadounidenses con gorras de béisbol (casi siempre jugadores peligrosos). Pero hay un jugador al que la gente a menudo juzga mal: el tipo pasado de moda que lleva encima un montón de joyas.

Seguro que alguna vez has coincidido con un jugador de este tipo. Generalmente es un hombre mayor, de unos 40 ó 50 años, y lleva un anillo en el dedo o tal vez algunas pulseras de oro. No me refiero a brazaletes de las WSOP®, sino a la tí­pica pulsera de oro. Es posible que tenga a su mujer sentada detrás de él y parece el tí­pico turista que ha llegado a Las Vegas para jugar.

A menudo juega de una manera alocada. Suele hacer over bets u otros movimientos inusuales que te hacen pensar que es un pescao, pero no lo es en absoluto. En mi experiencia, el 95% de las veces, este tipo es un grinder que sabe exactamente lo que está haciendo. Lleva años jugando y siempre utiliza los mismos trucos para que los otros jugadores se sientan confiados y cometan un error.

Quieren parecer que no tienen ni idea de jugar al poker y que son un blanco fácil, pero no lo son. í‰sa es al máscara que se poner para ganar dinero. Sabe jugar perfectamente y espera su oportunidad. Cuando le llega, se lleva el dinero con uno de esos movimientos inusuales, mete sus fichas en el rack, se levanta y dice buenas noches».

Durante los dos primeros años de Pastor en Las Vegas, fue engañado un par de veces por estos tipos o «asesinos silenciosos», como les llasma Pastor. Se dejó llevar por la apariencia y por esa manera tan extraña de jugar. Al tercer año, se dijo a sí­ mismo que no le iban a volver a cazar.

Las mesas están llenas de estereotipos, unos peligrosos y otros no, pero posiblemente, «aquellos que no parecen una amenaza sean los que pueden hacer más daño a tu bankroll«.