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Amor y póquer

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Sí­, amor y póquer. Nada de sexo como la última vez eh, ¿o sí­? Ya veremos, porque se trata de historias cotidianas de jugadores de póquer.

Peter volvió a blasfemar, era la cuarta vez que lo hací­a, sin contar las veces que brotaban de su interior los adjetivos más sucios y que ahogaba en su garganta, hasta el punto que en ocasiones se sorprendí­a de lo animal que podí­a llegar a ser. No entendí­a como habí­a perdido un nuevo bote contra ese talibán. Se suponí­a que el era de los dos o tres mejores de las mesas que tení­a abiertas, y esa noche era, con diferencia, quien más reposiciones estaba haciendo. Uno de los villanos le habí­a sacado ya 5 cajas.
En realidad sí­ que creí­a saber lo que estaba ocurriendo, pero se negaba a reconocerlo, y sólo esperaba un cambio de suerte para recuperar, al menos, parte de las cajas que le habí­an ganado. ¿Estarí­a tilt quizás?

En un momento de lucidez decidió parar unos minutos para prepararse un café, encender un cigarrillo y parpadear los ojos con profundidad, necesitaba lubricarlos. El estudio estaba lleno de humo y más que nunca presentaba un aspecto triste y sórdido. Algunos documentos estaban desordenados en la mesa, resultado de algún manotazo en los últimos minutos. Un monitor de televisión destacaba en el mueble de enfrente, transmití­an fútbol y el Madrid también perdí­a…
Mientras sorbí­a lentamente el café recordó que ya hací­a dos años que se dedicaba al póquer de manera profesional. Era un jugador respetado, aplicaba fórmulas matemáticas, y se moví­a en las mesas de Internet con una frialdad depredadora. Dos años, justo el tiempo que llevaba viviendo en España, en Madrid, con Rose Marie.

Antes de volver a abrir mesas se recostó unos minutos en la silla, le vinieron a la mente los momentos previos a la sesión de póquer, y su discusión con ella…

RM: ¿Estás seguro que no te apetece que vayamos a cenar fuera?
P: Ya te dije que me gustarí­a ir hoy al fútbol
RM: Vale, hagamos un trato
P: ¿Hoy al fútbol y mañana de cena?
RM: No. Ni fútbol ni cena. Abrimos una botella de vino 🙂 hoy estoy mimosa, uhmm, alterada, ya sabes …
P: Déjate de historias. Hoy juega el Madrid
RM: Vale, pues nada ¡!!
P: Pues nada ¡!!

A Rose Marie la formó su novio en el juego del póquer. Se moví­a en niveles medios y tení­a 2 cuentas con niks diferentes, uno de ellos desconocido para Peter, con el objeto de sentirse más independiente y que no le fisgoneara sus resultados. Su juego era sobrio y aunque ganaba habitualmente, no se decidí­a a subir a niveles superiores. Jugaba por diversión pero con sentido. Le costó varios meses de enseñanza hasta que aprendió movimientos incluso muy avanzados. Peter le enseñó todos sus trucos y secretos. Compaginaba este juego con su trabajo de decoración.

Peter se dispuso de nuevo a abrir mesas, su mano dirigí­a el ratón muy lentamente para seleccionarlas, ralentizaba esas decisiones mientras su conciencia parecí­a que querí­a hablarle. De repente soltó el ratón y dirigió su mirada hacia la nada. Cerró los ojos intermitentemente, y quedó sumergido en sus pensamientos …
Acababa de darse cuenta de algo muy importante. Era igual que intentase jugar bien, que creyera que sus raise eran correctos. No lo eran. No controlaba todos los pormenores, ni las estadí­sticas. No estaba centrado en los movimientos de los demás. Estaba jugando sólo por intuición. Estaba jugando mal. Como un talibán pero peor, porque los talibanes hacen mejor las talibanadas, así­ como los visionarios también tienen más experiencia en visiones.

P: Joder, estoy tirando el esfuerzo y trabajo de muchos dí­as
Peter terminaba de volver del espacio Tilt. Tilt es un sitio muy visitado y sus clientes tienen una caracterí­stica en común… Nunca saben que están allí­, se enteran cuando están saliendo. Los que dicen que se dan cuenta de cuando están en Tilt, se equivocan, no están allí­, están en Tiltontos. Tiltontos es el espacio de los que creen que están en Tilt y no salen de allí­. Claro, no salen porque no están allí­ ¡!!! Están en Tiltontos ¡!!!

Rose Marie siempre jugaba con el portátil, y solí­a hacerlo en el estudio. Así­ le podí­a consultar algunas veces jugadas comprometidas. Pero esa noche no. Después de la discusión ambos entraron en el estudio y mientras Peter se sentaba encendiendo el sobremesa ella cogí­a el portátil, con movimientos firmes y enfadados, dispuesta a llevárselo al salón. No se cruzaron una mirada, la tensión llenaba toda la atmósfera. No se dijeron una palabra más, y la rabia quedó contenida.

Peter salió del estudio y, previo paso por el cuarto de baño para mirarse en el espejo, se acercaba al salón. Iba ya tranquilo. Habí­a decidido hacer las paces con Rose. Habí­a pensado incluso en la botella de vino, sí­. Empezaba a sentirse caliente imaginando como la podí­a seducir. Se dirigió entonces a la cocina, donde guardaba alguna botella de esas para momentos especiales. Allí­ mismo se desnudó. Totalmente. Estaba excitado. Cogió la botella de vino y 2 copas. Segundos después estaba en la oscuridad del pasillo, frente a la puerta del salón, semiabierta, y escuchó murmullos.
Era Rose que hablaba para sí­ misma, en voz baja. No la escuchaba muy bien, así­ que forzó el oí­do concentrándose en lo que decí­a…

RM: Lo que le va a costar esto … con el destrozo que le estoy haciendo a su cuenta, ya le he sacado 5 cajas enteras y no tiene ni idea que soy yo, a ver si vuelve… va a tener que meter pasta, y en otro sitio no va a meter … así­ que se joda …
Crasssssh … el ruido la sobresaltó y se levantó corriendo hacia la puerta. Encendió la luz del pasillo. La botella de vino habí­a estallado en el suelo. Allí­ estaba él, dando zancadas, desnudo, escapándose de los vidrios, con los pies ensangrentados. Su boca ahogaba los gemidos de dolor, como si temiera que le oyeran…

Rose Marie abandonó a su novio dí­as después, y decidió seguir jugando al póquer.
Peter optó por dejar el vino …

Este relato imaginario es tan real como la vida misma, y casi todos los (y las) jugadores se sentirán identificados, simplemente añadiendo o eliminando pequeños detalles … sí­, sí­, como que unos no fuman y otros no toman café :_)

No te sientes a jugar sin tener el amor cuidado y en paz.
No quieras jugar al póquer con el corazón herido.
No crí­es cuervos, que te sacarán las cajas.
Y no quieras follar … cuando no te toca.

Traducción de Tilt …

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