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Polk y Negreanu aseguran que en noviembre la sangre llegará al río

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El eterno desencuentro entre Daniel Negreanu y Doug Polk se va a dirimir en un Heads-Up en NL400 con el que aspiran a ocupar la pista central del circo del poker a partir del 1 de noviembre.

El morbo de este duelo se viene cocinando desde 2014, hace seis veranos.

Negreanu estaba con el ego infladí­simo. Se acababa de poner prirmero en la lista histórica de premios en torneos en vio después de acabar segundo en el Big One for One Drop, en el que además llevaba el 83% de la acción. Un premio de más de 8 kilos.

El canadiense se dejaba querer en las redes sociales, pero las discusiones derivaron hacia alguna de las manos jugadas en aquel torneo, con no muy buenas crí­ticas para Daniel. En una serie de tuits que fueron escalando la tensión, un pro americano acabó haciendo la pregunta del millón: «¿Daniel, en serio crees que si te sientas en una mesa corta de NL5000 en Stars serí­as capaz de salir ganador?».

El Negreanu en lo más alto de su carera respondió:

«Si me lo propusiera, no tengo duda alguna. No juego desde hace eones, pero creo que me llevarí­a un par de semanas de trabajo acabar siendo ganador«.

La panda de malotes del cash no prerdió la oportunidad de hincar el diente, Polk entre ellos.

Este pequeño germen de resentimiento se fue enquistando a lo largo de epiodios posteriores. Polk se propuso convertirse en yoiutuber, sin hacer ascos al morbo y al clickbait, y Negreanu se volvió un tema recurrente de su producción. El punto de no retorno fue el revuelo alrededor de la postura de Negreanu acerca de los cambios en el sistema VIP y rakeback de Pokerstars. El famosí­simo «More rake is better» del por entonces Team Pro o su ataque a los jóvenes pros que se quejaban de los cambios condujo a horas y horas de ví­deos y duros intercambios de tuits que convirtieron la rivalidad en odio.

La idea de dirimir la duda sobre la superioridad de uno u otro en un duelo de Heads-Up ha sido recurrente durante años. Negreanu ha aceptado -y luego declinado- en varias ocasiones, pero este pasado verano, en el que todos tuvimos demasiado tiempo libre, el sí­ del canadiense pareció definitivo. Otra vez.

Dos meses después, nada habí­a avanzado. Polk se mostró impaciente y retador, una vez más, pidiendo una ví­a de comunicación para recibir una explicación. La respuesta de Negreanu fue una bomba inesperdad, pues traí­a fecha incorporada, el 1 de noviembre. Y filtrando conversaciones con la cúpula de Poker Central para la retransmisión de la partida.

No va a ser un HU for Rollz, como demandan el tipo de ofensas que estos dos se han proferido durante seis años y se prometieron en lo más candente de la refriega -«fuimos un poco infantiles de inicio», apuntó Daniel en Twitter»-. Tendrá las estipulaciones propias de un reto cara a cara de los que se estilan en la actualidad (25.000 manos, 10bb con auto recarga), con alguna bastante llamativa.

Por ejemplo, Polk exige que se establezca algún tipo de protocolo preventivo que impida que Negreanu utilice algún tipo de RTA –¿Qué es una RTA?, lo hemos comentado en portada-. Por contra, Nagreanu se niega a que se enseñen sus cartas en las retransmisiones: «no voy a dejar que Polk y su equipo analicen mis patrones de apuestas y mi juego y luego se aprovechen de eso».

Negreanu, que ahora es embajador de la red asiática de moda, querí­a jugar en GGPoker, en mesas de play money especialmente montadas para la ocasión, pero al final serán las mesas de WSOP.com el escenario del duelo.