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Pierde un bote de 1 millón de pavos y se parte de risa

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Está claro que los ballers son de otra pasta…, pero palmar un bote de un millón de pavos y partirse de risa ya es de otra galaxia.

El protagonista de esta gran frikada es Paul Phua «MalACEsia», sí­, el tipo que está implicado en la trama de apuestas ilegales del Mundial de Brasil, cuya fianza de 2 millones de dólares fue pagada por sus amiguetes Phil Ivey y Andrew Robl.

La mano en cuestión se jugó antes de toda esta movida, lo que explica que Phua estuviese de tan buen humor. Tuvo lugar en una sesión de cash de high stakes disputada durante el último Aussie Millions. En ella estaban profesionales del calibre de Doug Polk, Ike Haxton o Patrik Antonius, junto a amateurs forrados de dinero, procedentes de Macao.

El bote en cuestión enfrentó a Paul Phua con el chino Rono Lo.

La acción es muy bizarra, ya que Lo estaba jugando y comiendo con unos palillos, como si nada.

Lo limpeó a 2.000$ con desde las posiciones iniciales. Phua le hizo ROL a 10.000$ con desde la siguiente posición. Solo Lo le pagó, formando un bote de 25.000$.

El flop dio trucha a Phua y proyecto de escalera a dos puntas a Lo: .

Lo pasó y Phua apostó 12.000$. Lo hizo todos los ticks y gestos posibles e imaginables en un jugador de poker y pagó. El bote tení­a ya 49.000$.

El turn dio escalera al baller chino: .

Lo volvió a pasar, preparándose para el trompazo. Phua metió una second barrel de 36.000$. Mientras tanto, Lo miró de reojo el stack de su rival, al tiempo que comí­a de su tupperware con dos palillos, como si con él no fuese la mano. Tras engullir su bocado resubió all-in a 474.000$.

Phua dijo: «I cannot fold». Y acabó pagando la subida, mientras Lo seguí­a comiendo con la boca abierta, como las vacas.

Los jugadores mostraron las cartas. La crupier preguntó si sacaba un river o dos. Lo respondió: «Uno solo».

El river fue el y Lo se llevó el bote de 991.000$. Phua se partió de risa, incrédulo con la mano que acababa de palmar, mientras Lo seguí­a zampando de su tupperware.

Este es el ví­deo de una de las manos más raras que he visto en m vida.