La tercera entrega de la saga de enfrentamientos entre Daniel Negreanu y Phil Hellmuth en High Stakes Duel tiene fecha, el próximo 23 de junio.
El interés de esta partida gana muchísimos enteros respecto a las anteriores.
Daniel Negreanu está ante una complicada encrucijada, después de perder dos partidas consectivas ante un rival con mucha proyección mediática y que, aunque a muchos les sorprenda especialmente, ha conseguido que se le pueda adjudicar sin rubor un calificativo que nunca nadie habría asociado al 15 veces campeón de las WSOP.
Helmuth, sí, Hellmuth, resulta impredecible a estas alturas de programa.
Tal y como cuenta Jonathan Little en este vídeo en el que analiza una mano de la segunda partida, se produjo un notable y profundo cambio en el estilo de juego de Phil entre el primer y el segundo encuentro.
Los extractos de las entrevistas que le hizo Little a los protagonistas conforman un relato bastante plausible sobre lo que ocurrió aquí.
Hellmuth se siente falto del respeto de la comunidad, con algo de razón. Su juego pasivo de la primera ronda le colocó en una situación complicada, con una desventaja que hasta al más profano le podía parecer irremediable. Hellmuth no se quería ver en la misma situación por segunda vez, y cambió de marcha, de primera a cuarta, sin pasar por el resto. Mató dos pájaros de un tiro, puso a Daniel en una situación inesperada y, a su manera, lanzó un claro mensaje a sus críticos: «No me subestiméis»-
Negreanu no se esperaba de ninguna manera que Hellmuth pudiera plantear un acercamiento semejante al poker HU y se vio sorprendido. No obstante, en la fase deepstack de la partida el canadiense volvió a imponerse. Lo que ocurrió suena espectacular en la cabeza de Hellmuth pero, en realidad, para Little es difícil decir si Negreanu se supo adpatar al nuevo estilo de Hellmuth o no, porque la suerte en el reparto de cartas estuvo bastante descompensada en su contra. Técnicamente, Hellmuth no estuvo tan fino como él piensa, y es que acelerar saltándose dos marchas al coche le cuesta.
Todo muy bonito, una narrativa interesante, pero lo que de verdad le aporta empaque a esta tercera partida es que una nueva victoria de Hellmuth puede ser la definitiva. Encadenar tres triunfos le da la opción a Hellmuth de declinar la revancha y proclamarse ganador, tal y como efectivamente suvcedió en su anterior presencia en el programa con Esfandiari de rival.
Negreanu tiene que jugársela sin red. O se va a casa o puede abocar el duelo a unas posibles cuarta, quinta y sexta partidas, en la que el precio de la entrada se sigue doblando cada vez, hasta los 1.600.000$ que tocaría abonar en ese hipotética sexta entrega.
Esta vez, una de las partes se juega mucho.
