El poker es un juego único en el mundo por la increíble oportunidad que ofrece a cualquiera de sus practicantes de poder llegar a ser el centro de atención de todas las cámaras y los focos en cualquier torneo, incluso en el más importante de todos, el Main Event.
Para un jugador de fútbol amateur es imposible disputar un Mundial, como para un aficionado a la bicicleta lo es correr un Tour. Ningún tenista de fin de semana aspira a entrar en el cuadro final de Roland Garros, mientras que cualquier jugador de poker se puede clasificar o incluso abonar directamente su inscripción al Main Event de las WSOP.
Gracias a esa maravillosa ventana a la ilusión pudo viajar a Las Vegas desde la modesta localidad de Bridlington John Hesp, un jubilado británico de 64 años, acompañado por un compañero del pequeño casino Napoleon, sabiendo que nadie le iba a impedir medirse a los Fedor Holz, Daniel Negreanu o Phil Hellmuth en el torneo más señero del calendario internacional.
A menudo, para referirnos a estas historias en las que un tipo alegre, bonachón y que vive el poker como el juego que nunca ha dejado de ser acaba ganando millones de dólares, solemos decir que son «historias de película». «Ni un guionista de Hollywood hubiera escrito algo así», se suele comentar.
Pues, en este caso, lo más probable es que sí lo haga. Tal cual.
La peculiar conjunción de su ilusión infantil por el torneo, su caballerosidad y flema británicas y su atuendo digno de un muestrario de tapicería conquistó al público del Main Event. Entre los aficionados que siguieron el cuento de hadas de Hesp durante los diez días que estuvo jugando en Las Vegas había varios productores cinematográficos. El propio Hesp confirmó a su diario local que las negociaciones para iniciar el proyecto de llevar al cine su aventura estadounidense están muy, muy avanzadas.
Contactaron conmigo dos o tres productores cuando estaba aún en Las Vegas, incluidos algunos nombres de Hollywood, pero he escogido ir adelante con una compañía del Reino Unido.
La oferta ya está formalizada sobre el papel y solo queda que mi equipo legal arregle algunos flecos. La cosa está al 90%.
Estamos hablando de un presupuesto de varios millones de libras y la idea es filmar un 25% de la película en Bridlington y un 75% en Las Vegas.
Para los aficionados al poker es un poco como cuando te presentan una película sobre el Titanic. Todos sabemos el final, pero lo realmente interesante de la película es el personaje y su desarrollo durante la aventura.
Aunque quizá, la peli sobre Hesp tenga un final que nadie espera.
En una nueva muestra de su peculiar punto de vista sobre la fama, el dinero y qué hacer con ellos, Hesp tiene una ilusión. Organizar un torneo de poker en Bridlington al que acudan los mejores jugadores de poker del mundo.
Bridlington ha sufrido en los últimos años con el declive de la minería y la industria del acero. Los trabajadores solían venir aquí a disfrutar de las vacaciones pero ahora se han ido todos y estamos pasando una recesión que está causando muchos problemas en nuestros negocios.
Si el torneo pudiera atraer a más visitantes a la ciudad ayudaría al turismo, y como alguien nacido y criado aquí, me gusta pensar que puedo hacer algo por mi ciudad en su conjunto.
Imagina una toma de Hesp asomado al muelle, lamentándose a su compañero de andanzas en Las Vegas del abandono que sufren los negocios de la zona turística de la ciudad. De pronto, un brazo se cierra sobre sus hombros. Es Scott Blumstein, al que hemos visto durante la película ganar el Main Event. Hesp le recibe con una amplia sonrisa, y mientras se abre el plano, vemos a Daniel Negreanu y Antonio Esfandiari señalar a algún edificio emblemático de la Ciudad Vieja, y a Kara Scott acercándose a abrazar también a John. Y según sigue subiendo la cámara, los autobuses que van llegando llenos de gente que viene al torneo. Como en Campo de Sueños.
Pero, ¿qué rostro será el que nos sonría en pantalla pretendiendo ser John Hesp?
Nos hemos echado unas risas y hemos hecho bromas sobre quién me podría interpretar en la gran pantalla. Personalmente, yo prefiero a George Clooney.
