La rubia del hall del hotel parecía saludarme y al no recibir respuesta debió pensar que le estaba haciendo un slow play. No se rindió y volvió a meter un bet que me obligó a foldear.
Llevaba tan sólo unos minutos despierto y había bajado a desayunar. Resultaba imposible pasar por el hall y no fijarse en aquella rubia, sentada en el centro del salón, totalmente vacío. Ella sola lo llenaba todo, no hacía falta nadie más y si alguien más hubiera… seguiría existiendo sólo ella.
La rubia de mirada tranquila…
Después de coger unos periódicos, volví de nuevo los ojos hacia la rubia. Ese acto reflejo de los hombres, como una despedida visual. Fue entonces cuando vi como saludaba. No tuve ninguna duda de que era un farol y torcí la cabeza hacia atrás buscando al privilegiado.
No había nadie más. Me hice el remolón y puse cara de ¿es a mí?
Y volvió a insistir con un ¿no me conoces?
Bet, call slow, bet, fold
Hacía 2 años que no la veía, desde el Cep de Murcia donde compartimos varias mesas y coincidimos en la mesa final. Sus cambios de look son camaleónicos.
Y mi miopía cada vez mayor :_)
Intercambiamos unas frases y salí buscando un bar. Mientras desayunaba opté por dejar los periódicos a un lado. Recordé mi primer artículo en Poker10 donde destaqué mi desayuno con Leo Margets -888-, y pocas semanas después dio el campanazo de las wsop. Lamenté no haberlo repetido con la chica del hall. Entonces fue cuando decidí que la rubia sería la protagonista de este artículo…
Volví al hotel con la esperanza de que todavía estuviera allí, necesitaba fotografias. Pero no, esta vez el hall no tenía vida propia.
Cogí el equipaje y salí del hotel, esa tarde empezaba el Spanish Poker Tour y yo no había merecido la clasificación en el satélite. En el viaje de vuelta a Alicante desarrollé mentalmente lo que iba a escribir.
Ya en casa, antes de que comenzara el torneo, llamé a José Javier, alias minicrack, para que me consiguiera fotos de la rubia. También me puse en contacto con mis compañeros de Poker10 en Castellón, para que me proporcionaran alguna.
Poco después la rubia hacía un primer día de torneo espectacular y lo lideró de principio a fin. Sí, es ella, es Laura Cantero…
Hasta ahora yo la conocía como la hija de Cantero, gran personaje, o como la mujer de Juan de Diego. Pero eso se acabó. Luis Cantero pasa a ser el padre, y Juan el marido, de Laura Cantero. Lo siento Juanzu, es lo que hay :_)
El día 2 del torneo, de Everest, vuelve a ser protagonizado por «The Killer«, como la bautizan Iván y Miguel, los reporteros de Poker10, en el brillante seguimiento que realizan, aunque su mirada no es de asesina precisamente…
Laura termina como mega líder destacada.
El definitivo día 3 empieza con una Laura Cantero pletórica hasta la mesa final, donde un par de jugadas la dejan al borde del ko, terminando en un brillante 6º lugar.
En las fotografías podemos observar los continuos y espectaculares cambios de imagen de esta jugadora que tiene una tienda de poker en Madrid, Rekoppoker, donde vende libros que debe haberse leído :_) porque juega… peligrosamente.
Laura Cantero es una jugadora incómoda hasta aburrir, que disfruta resubiendo las apuestas y haciendo movimientos complicados postflop. Con una agresividad innata, capaz de meterte un farol en las tres calles… sin inmutarse, con una seguridad brutal. No te gustará tenerla en tu mesa sin posición, ni con ella.
Y parece buena chica…
Si fuese un tío, diría que tiene unas pelotas como balones de fútbol (Amatos dixit).