Leo Margets está siendo una gran concursante de Supervivientes.
Hasta el pasado lunes había conseguido librarse de las nominaciones, algo muy complicado en este tipo de reality shows.
Todo iba bien en la gala semanal. Leo había evitado la nominación tras recibir únicamente un voto de sus compañeros, el de Carolina Sobe, que tiene cuentas pendientes con la Team PokerStars Pro, quizá porque le dio un poco la espalda a Rafa Lomana -su amigo inseparable en la isla- cuando este mintió descaradamente a Leo y organizó un complot contra ella en el hotel, antes de conocerla.
Nuestra concursante favorita seguía la gala con cierta calma hasta que decidió aguarle la fiesta un chaval llamado Abraham García, cuyo gran mérito en la vida es haber sido concursante de Gandía Shore, uno de los peores programas de televisión de la historia de la pequeña pantalla en nuestro país.
El tipo en cuestión, tras llorar como una Magdalena y decir que quería irse, hizo algo tan incomprensible como incongruente: luchó como un jabato por ganar la prueba de líder. Y tras aguantar más que nadie en apnea (unos 100 segundos), logró la victoria, la inmunidad y el derecho a nominar de forma directa a un concursante.
El tal Abraham no conoce apenas a Leo, como él mismo reconoció, pero se ve que la tiene enfilada ya que la nominó sin dar explicaciones (y ya lo ha hecho dos veces). Quizá la vea una rival dura.
Y así, Leo Margets acabó compartiendo nominación esta semana con Carolina Sobe y con Tony Spina.
En mi opinión, intentando ser lo más objetivo posible, creo que Leo es la mejor concursante de los tres. Siempre está dispuesta a colaborar en las tareas cotidianas de la supervivencia. Intenta solucionar los conflictos con palabras y no gritos. No se ha quejado una sola vez en 30 días. No monta peloteras. Está completamente adaptada a la penosa vida del concurso. Y no ha mostrado un solo momento de flaqueza. Más bien, la veo muy contenta de estar viviendo la experiencia.
Carolina Sobe es «muy graciosa». Le gusta montar el espectáculo, promover las broncas, sacar su humor ácido. Apenas trabaja en la isla y su adaptación no está siendo muy buena, negándose a comer caracolas o pescado en varias ocasiones. Es un más un «personaje» televisivo (perdón por la expresión), que una concursante «pura» de Supervivientes. Tras la «expulsión» de Lomana, se ha quedado algo sola y está aprovechando la unificación de los dos grupos en la isla para intentar hacer nuevos «amigos».
Tony Spina tiene mérito porque es el novio del peor descubrimiento de la historia de los realities televisivos desde Aída Nízar, una niña pija llamada Oriana, que estuvo en la isla dos días y se tuvo que volver porque no le gustaba el coco, una fruta que solo había probado en los helados… El tal Tony tiene motivos para querer volver a España, ya que en diferentes programas de Telecinco se ha apuntado que su novia ha tenido un lío con otro «famosete» aprovechando la ausencia del extronista de Mujeres, Hombres y Viceversa.
Tanto Tony como Carolina llegaron al programa «de segundas». Leo, en cambio, lleva allí desde el primer día y sigue haciendo gala de sus ganas de concursar, su excelente educación y su ingenio.
Ayer, en el Debate, se comentó que los concursantes empiezan a pensar que Leo es «una estratega». Parece que no se hayan dado cuenta de que el programa es un concurso. Leo está continuamente adaptándose a la realidad que le toca vivir, tanto en la supervivencia como en el trato con los demás concursantes. Está jugando su peculiar torneo. Ella misma lo ha dicho: «Esto es poker«.
Ya sé que somos pocos los de la comunidad del poker, pero creo que sería muy bueno para el futuro de nuestro juego que Leo no fuese eliminada de Supervivientes. La campeona española está dando una buena imagen de nuestro mundo (aunque sea en un reality show, en la «telebasura» que a tantos molesta). Por eso, yo voy a tuitear #VamosLeo. Ojalá la gente la valore bien. No se merece la expulsión.
Aún queda Leo para rato. Yo, personalmente, estoy muy orgulloso de ella.
#VamosLeo.
