El vídeo con el que Ali Imsirovic pretendía dar carpetazo al exilio al que le ha arrinconado la comunidad de las high stakes no ha tenido el efecto deseado.
La opinión que más se repite sobre la grabación que contiene su confesión sobre la multicuenta en GGPoker es que la acepción de su culpa no conlleva el debido arrepentimiento, que trata demasiado a la ligera un comportamiento muy grave y que el desequilibrio entre el tiempo que dedica a tratar su mala praxis y a negar cualquier otro tipo de conducta inmoral se escora demasiado hacia esto último.
Esta matización quizá haya encontrado su mejor expresión en la cuenta de Twitter de Phil Galfond: «Su percepción de la ética es tan retorcida que creyó que encontraría la empatía y el perdón por medio de minusvalorar todas las trampas que hizo, haciéndolas pasar por un par de arrebatos en los que se le dio por abusar de multicuentas«.
The most interesting part of the Ali video is that his perception of ethics is so warped, he believed he’d get sympathy & forgiveness by downplaying his cheating to a couple spurts of mass multi-accounting.
I don’t think he was honest about all he did, but does it even matter?
— Phil Galfond (@PhilGalfond) June 27, 2023
Como era de esperar, las alegaciones de Imsirovic acabaron por poner sobre la mesa otros nombres, como el de Justin Bonomo, que poseyó varios nicks distintos en Pokerstars, fue castigado por ello, y en cambio ha sido readmitido en el circuito. Galfond también tiene respuesta para esto.
I see this question a lot.
What @JustinBonomo did ~17yrs ago was nothing like what Jake and Ali did.
This is true even if he’d done it in 2023, but when accounting for the landscape:
It’s like your grandpa being sexist in the 60s vs. you committing sexual assault today.… https://t.co/iNETxhOMV6
— Phil Galfond (@PhilGalfond) June 27, 2023
Cuando Bonomo y otros como él fueron cazados por el departamento de seguridad de Pokerstars, su intención no era la misma que la de Imsirovic.
No buscaban compartir manos, jugar con dos o tres cuentas en las mismas mesas y con eso estafar a los rivales. Su intención era trampear los registros en torneos porque no había el volumen suficiente para los niveles en los que se movían.
Por supuesto que eran culpables y merecían castigo, pero «hay un montón de cosas que entendemos mejor ahora de lo que hacíamos en los años 2000, y la discusión y el consenso entre la comunidad tampoco se dan al mismo nivel.
Aunque Ali es relativamente joven, igual que lo era Justin, él sabía perfectamente que lo que pretendía hacer era completamente erróneo. Sabía que al hacer colusión con la mitad de las cuentas de una mesa conseguía una ventaja injusta e imbatible.
Cuando ves que los jugadores que llevamos toda la vida en esto y estamos integrados profundamente en la comunidad hablamos así de ciertos tramposos en particular y no de otros no es porque sean nuestros amigos o no. Es porque entendemos quienes son los verdaderos delincuentes. Los que es más probable que lo vuelvan a hacer a la menor oportunidad y deben ser erradicados de la industria.
Según la limitada información que manejo, ninguno de los otros jugadores de GGPoker, incluso los que fueron baneados, se pusieron al nivel de JAke (Schindler) y Ali (Imsirovic), que estaban robando en las mesas«.