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Johnny Moss, vivir apostando

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Johnny Moss es considerado uno de los más grandes jugadores de la historia, junto con Stu Ungar.

Nació el 14 de mayo de 1907 en Marshall, un pequeño pueblo de Texas situado a 40 millas de la frontera con el estado de Louisiana.

Con 8 años la madre de Johnny falleció y su padre resultó gravemente herido en un accidente laboral, por lo que el joven chico se vió obligado a trabajar vendiendo periódicos durante los siguientes años, quedándose solo en Dallas, trabajando para la Western Union. Durante esa etapa frecuentaba las salas de billar donde se hizo amigo de Benny Binion, tres años mayor que él.

En 1923, con 16 años, empezó a trabajar en el ‘Club de la Nutria’, donde era el encargador de piyar a los tramposos. Mucha gente se pregunta si Moss hací­a trampas, y aunque el siempre lo negó, no parece haber muchas dudas acerca de la realidad. No obstante, quizás hiciese trampas en el billar o en el golf, pero ¿para qué harí­a trampas a las cartas cuando ha sido uno de los mejores jugadores del S.XX?.

Fue en el ‘Club de la Nutria’ o el ‘Club de Elk’ donde comenzó a perfeccionar su arte en el poker.

Era considerado un gran apostador en el mundo del billar y del golf, sin embargo, cuando el ‘Club de Elk’ cerró se convirtió en un ‘apostador de carretera’…un auténtico rounder vamos.

No es difí­cil imaginarse que Moss se hizo muy rico gracias a su capacidad innata de supervivencia, ganando grandes sumas de dinero en diversos juegos en una época en la que los bolsillos de muchos estaban llenos gracias a la bonanza petrolera en Texas. Dominó los ‘cash games’ desde los años 30 hasta la década de los 70.

Puggy Pearson, apostador y buscavidas del golf, admiraba a Moss:

Johnny Moss entraba en una partida y miraba la mesa. Si alguien tení­a 3.000$ y otro 4.000$, entonces Johnny compraba 10.000$. No importa cuanto tuviesen los demás, él comprarí­a el doble’.

En los años 50 realizó su primer periplo por Las Vegas, donde perdió 500.000$ jugando a los dados. Gran parte de ese dinero lo perdió jugando a crédito, por lo que tuvo que volver a Texas y a la carretera.

Volverí­a a la ‘ciudad del pecado’ en 1961, donde pasarí­a la siguiente década y media frecuentando las salas de poker de los casinos, incluyendo ‘The Dunes’ y ‘Binion’s Horseshoe’.

La leyenda del griego:

En 1951 Benny Binion llamó a Moss para que fuera rápidamente a Las Vegas, ya que un gambler degenerado llamado Nick ‘El Griego’ estaba buscando acción Heads-up. Se rumorea que la partida duró meses, aunque esta afirmación posiblemente fuese una estrategia publicitaria, hasta que Nick pronunció la famosa frase: Señor Moss, debo dejarle ir’.

Posiblemente ésta no fuera una historia real, por lo menos no como ha sido contada. No existen testigos de que esto sucediera, ni notas de prensa (aunque ‘El Griego’ era famoso) y Binion no mencionó esta anécdota en una amplia entrevista oral que dió en la Universidad de Las Vegas.

Moss supuestamente le ganó 5 millones de dólares, lo que la convierte en aún más fantástica.

WSOP:

El jugador texano ganó las Primeras Series Mundiales de Poker en 1970, aunque el evento no se parecí­a en nada a los de hoy en dí­a. Por aquel entonces los participantes estuvieron unos dí­as jugando y al final votaron por el mejor jugador, ese fue Johnny Moss.

Ganarí­a dos Eventos Principales más, en 1971 y 1974, estos ya con formato freezeout. A estos tres brazaletes sumarí­a cinco más en distintas modalidades, siendo el último en 1988, cuando tení­a 81 años de edad.

Apostador de golf:

Otra de las grandes aficiones de Moss eran las apuestas sobre un campo de golf. Llegó a perder y ganar millones con este deporte y numerosas son las anécdotas que circulan por el mundo adelante con respecto a esto. Como por ejemplo cuando Titanic Thompson trato de engañarlo. Moss aceptó jugar un partido a nueve hoyos en el que debí­a de completar el recorrido en 46 golpes como máximo. Lo que Moss no sabí­a era que Thompson tení­a a un chico que subí­a levemente el borde de los hoyos para que resultase prácticamente imposible puttear. Al cabo de unos hoyos Moss se habí­a dado cuenta y tirando por encima consiguió ganar la apuesta acabando en 41. Desde entonces Titanic Thompson se convirtió en su amigo.

Con todo esto…¿Fue Moss un tramposo? No. ¿Se hací­an trampas?SI. ¿Realmente importa?

El ayuntamiento de Marshall deberí­a plantearse poner un cartel que diga ‘lugar de nacimiento de Johnny Moss, 1.º Campeón Mundial de Poker’, seguramente conseguirí­a atraer a turistas.

Johnny Moss falleció el 16 de diciembre de 1995. Tení­a 88 años.