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Guy Laliberté: ¿excusas del mal perdedor?

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Antes de ayer apareció publicada en el Journal de Montreal una interesante entrevista realizada al multimillonario y filántropo Guy Laliberté, dueño del Circo del Sol, promotor del Big One for One Drop de las WSOP y hasta hace unos años megadonante de los high stakes online en Full Tilt Poker y PokerStars.com.

En ella, aparte de comentar que ya vendió su casa de Las Vegas, donde solí­a organizar timbas caseras de altos vuelos, también hizo manifesto su convencimiento de que desde 2011 le estuvieron haciendo «trampas» en Full Tilt Poker.

Laliberté lleva sin jugar online desde diciembre de 2012 y como consecuencia del Black Friday decidió dejar de poner dinero en las salas de poker.

El canadiense ha reconocido que aunque en vivo se encuentra cómodo en las mesas, online se siente como un dinosaurio, ya que no usa software de ayuda de ningún tipo, ni se dedica a analizar a los rivales.

No obstante, esta percepción no es la única causa de su alejamiento de los tapetes virtuales de los niveles nosebleed. A Guy le encantaba jugar con los buenos, pero la gota que colmó el vaso fue otra sensación aún más extraña, la de que le estaban tangando

Laliberté no ha dado muchos detalles sobre este último aspecto. Simplemente ha manifestado su creencia de que algunos de los rivales que se le enfrentaban regularmente no estaban arriesgando dinero, que estaban «freerolleando» y contaban con bankrolls infitinos. Le buscaban porque no tení­an miedo a perder, ya que no manejaban su propio dinero.

El magnate no ha aportado ninguna prueba, por lo que sus declaraciones no tienen mucha credibilidad.

Yo, personalmente, no le creo. A lo largo de su desastrosa carrera, Laliberté siempre buscó enfrentarse a los mejores jugadores del mundo online, teniendo un nivel considerablemente inferior a ellos.

En Full Tilt Poker perdió 26 millones de dólares y en PokerStars, otros 4,6 millones. Si palmó tanta pasta no fue porque los otros jugasen sin la presión del dinero, sino porque Laliberté era mucho peor que ellos. Además, el que jugaba sin la presión de la banca era él, ya que perder 2 o 3 millones de dólares apenas le hací­a cosquillas en su ingente banca.

Por tanto, yo me inclino a pensar que se psicotizó con la idea de que sus tiburones jugaban con dinero infinito y, en lugar de intentar mejorar su nivel de juego, decidió abandonar el ecosistema. Los regs lloraron su falta y desde entonces machacan a gente como Gus Hansen, Chun Lei Zhou «samrostan» o Paul Phua «MalACEsia».