El poker da alegrías inmensas. Pero también palos que no se los desearíamos a nuestro peor enemigo.
Ahora mismo lo que menos nos apetece sería estar en la piel de Dan Shak. Y cuidado que Shak es un experto en valores energéticos, forrado y que viaja a todos los festivales alrededor del mundo para jugar los torneos más caros que hay. Pues ahora mismo, me daría una pereza enorme, después de lo que le ha ocurrido esta semana. Nos pasa lo que a Kurganov en la foto, que duele solo de verlo.
En el plazo de 96 horas, Shak ha recibido dos de los riverazos más dolorosos que se recuerdan, en las burbujas de la Super High Roller Bowl de 300.000$ de entrada y del WSOP High Roller for One Drop de 111.000$.
El 30 de mayo, Shak tenía uno de los dos stacks más cortos en la SHR Bowl, pero aún equivalía a sus buenas 40bb. Acabó all-in preflop con 
contra el que por aquellas alturas del torneo era el chipleader Jake Schindler, que le presentó :: ad::
.
Hasta el river, las jotas de Shak le valían una doblada y muchas rifas para alcanzar al menos una minicaja de 600.000$, pero llegó el river. ¡Zas, el 
!
La mano casi acaba con la carrera de Shak, según le confesó a Pokernews. «Me dije que nunca más volvería a jugar al poker.»
Con la ayuda de un coach que contrató para lidiar con sus problemas de tilt, Shak se recuperó para jugar el High Roler for One Drop de las WSOP. El golpe fue doloroso, pero acorde al riesgo asumido.
«La realidad es que no puedes ser un jugador de torneos ganador solo a base de minicajas. A no ser que ganes algo, no eres capaz de sostenerte. Sí, soy un hombre de negocios y el poker no es mi fuente principal de ingresos, pero sí el día que sienta que estoy regando dinero jugando al poker, sería el momento de dejarlo.»
De nuevo en la brecha, esta vez en un torneo con un field mayor, Shak se volvió a meter en la parte alta de la tabla. Esta vez, la burbuja le pilló muchísimo más apurado de puntos. Sus 140.000 puntos apenas equivalían a ciega y media, pero había algún jugador más tan al límite como estaba él.
Le llegó la mano limpia al cutoff y vio 
. A saber si aparecería algo mejor antes de blidearse, así que pusheó desde el cutoff. Scott Seiver, que estaba en la ciega grande, le preguntó al director qué ocurriría si dos jugadores quedaban eliminados en la misma mano en la burbuja, dando pistas de que obviamente iba a pagar. El director sorprendió a los presentes y confirmó por dos veces que se repartiría una minicaja entre los eliminados.
Phil Hellmuth completó en la ciega pequeña. Seiver resubió a 440.000, echando de la mano al «poker Brat». Enseñó 
, para disgusto de Phil. En cambio, Shak estaba en una posición inmejorable para sobrevivir al menos hasta entrar en premios. El bote contenía más de cuatro veces su apuesta y s uequity era del 75%.
El primer revés de la fortuna es que nadie más fue all-in en las otras mesas, pero eso era lo de menos. El flop fue 
, sin queja. El turn, 
aunque abría proyecto de escalera, le quitaba los outs del kicker a Seiver.
«Que no sea un dos.»
Shak se quedó de pie mirando para las cartas sin creérselo aún. La gente de Pokernews le tiró una serie de fotos que mostraban a un Shak desolado.
«Contraté a mi coach porque me encanta jugar al poker, pero mi defecto, el mayor de los muchos que tengo, es que me cuesta recuperarme de los golpes.
Es obvio que no me he entrenado para recuperarme de hacer burbuja en dos torneos seguidos como estos, sino a reponerme de bad beats, de quedarme shortstack y cosas del estilo. Hice una preparación especial para ese tipo de circunstancias. Quería ser capaz de olvidar lo más rápido posible las manos malas y no seguir jugando mal después, como me solía pasar.»
Esta preparación le ha valido para desechar la retirada inmediata, pero el golpe es durísimo, y las reflexiones de Shak sobre lo sucedido son bastante deprimentes.
«La gente cree que el poker es un juego de habilidad, pero después de todos estos años jugando he llegado a creer que la suerte juega un papel muy importante. La habilidad cumple su papel hasta cierto punto, pero hay que tener suewrte para ganar un gran torneo.
Ya no soy el más joven de la mesa. Me voy a tener que tomar un descanso y volver aún con más fuerza. Una parte de mí quiere seguir jugando, pero mi parte racional, la más inteligente , me dice que necesito un descanso».
Shak no estaba dispuesto a volver hasta la última parte del festival, a ver si los dioses del poker le habían perdonado para entonces. Aunque quien sabe. Las WSOP son muchas WSOP.
