Los denodados intentos de Phil Ivey y su equipo legal por demorar el reintegro de los 10.000.000$ que el jugador le logró ganar al casino Borgata jugando con unas barajas defectuosas de fábrica han acabado con la paciencia de la gente de Nueva Jersey, que va a renovar sus esfuerzos para que los jueces añadan daños y perjuicios a la cuenta a devolver.
El Borgata ganó el caso contra Ivey en 2016. El juez resolvió que Ivey se había aprovechado de un defecto en el dorso de las cartas para jugar con ventaja, y que si bien no se podía considerar una estafa al casino, sí que suponía un brecha del contrato entre la empresa de servicios y su clente. Como resultado, el Borgata no tenía derecho a ninguna reclamación extra, pero Ivey quedaba obligado a devolver lo ganado.
Ya desde el primer instante, Ivey se mostró reticente a cumplir la resolución. Sus intentos de futuras apelaciones quedaron anulados por una exigencia que incluyó el juez en la sentencia. En caso de querar apelar, Ivey debía primero devolver el dinero, o al menos hacer un depósito por el importe debido ante las autoridades.
Están a punto de cumplirse dos años desde la resolución judicial, y Ivey sigue sin pagar. Sus abogados han argumentado que el pago de los 10.000.000$ supondrían un golpe mortal al bankroll de su cliente, que supondría que el californiano perdiera su medio de vida.
Las triquiñuelas de Ivey han cansado al casino que, según informa US Poker, ha decidido que vale la pena arriegar con una apelación a un juez federal con autoridad para revocar las decisiones de todos los juicios anteriores. El casino quiere que se vuelvan a poner sobre la mesa las acusaciones de estafa, que de ser consideradas le supondrían a Ivey tener que devolver el triple de lo presuntamente robado.
La de la estafa no es al única vía que buscó el Borgata para imponer una multa a Ivey. En una de las apelaciones anteriores, como mal menor, sus abogados intentaron convencer al juez de que al menos se debían revisar las sesiones y ajustar el resultado de las manos jugadas, que según los cálculos estimados por el casino supondrían unas ganancias extras para la casa de 5.400.000$.
También podría ser que se diera completamente la vuelta a la tortilla y Ivey saliera libre de toda culpa. Sin embargo, como en los Estados Unidos este tipo de apelaciones a las sentencias civiles de los tribunales estatales solo se resuelven con un cambio de veredicto a favor del demandado o del demandante en un 10%-15% de los casos, los abogados del Borgata confían en que es muy difícil que el nuevo juzgado le dé la razón por completo al jugador y que vale la pena probar si una nueva revisión del caso conlleva reparación por daños y perjuicios a favor de su cliente.