Buceando por la blogosfera del póquer me he encontrado con una entrada en Pokerati en la que el profesional estadounidense, Tom Schneider, cuenta una anecdota turística en Barcelona durante su visita para jugar el World Poker Tour.
Tenemos a este buen hombre, ganador de dos brazaletes en la última edición de las WSOP, paseando con su mujer y un amigo americano residente en Barcelona por las Ramblas de la ciudad condal. En ese momento, presa de algún tipo de enajenación mental transitoria, se dispone a realizar uno de los movimientos más absurdos de su carrera como jugador. Pero dejemos que él mismo nos lo cuente.
«Mi amigo John vive en Barcelona desde hace varios años. Nos llevó a Julie y a mi a esa calle famosa llamada las Ramblas […] nos contó que los únicos delitos reales que se comenten en Barcelona son los robos de carteras, así que tened cuidado. En ese momento, guardo mi cartera como un pit bull y vigilo el bolso de Julie como un asesino a sueldo […].
Nos tropezamos con un grupo de gente formando un corrillo y haciendo mucho ruido. Siempre me gusta saber qué es lo que pasa así que Julie, John y yo nos arremolinamos para ver qué ocurre. Un tipo tiene tres tapas de cajas de cerillas que mueve continuamente para esconder un guisante debajo de una de ellas… en esencia el «juego de la bolita». Lo extraño es que la gente parece estar ganando y resulta realmente sencillo ver donde está el guisante. Adelante idiota.
Julie y yo vemos los dos el guisante debajo de la misma caja, así que decidimos apostar. Nos dicen que apostemos 100€. Ok, sencillo… pero NO. Nos equivocamos. ¿Cómo podía ser posible? Seguimos viendo el juego un rato más y la gente seguía ganando. A nuestro alrededor las personas nos animaban a apostar de nuevo. Julie insistió e insistió para que recuperara el dinero. Busqué a mi amigo John con la mirada pero no pude verlo. Esperaba que me diera su opinión porque yo no quería apostar. La gente me gritaba que no podía perder. Saqué mi cartera para hacer una apuesta pequeña y entonces los gitanos vieron mi fajo de billetes […] Un gran error.
Un tipo a mi derecha agarra casi todo mi dinero y me incita a apostar. Nunca he estado en un edificio en llamas pero me puedo imaginar que en la estampida de la gente habría menos confusión que la que yo estaba viviendo en ese momento. Las otras personas me gritaban que apostase, incluyendo a Julie y su herencia gitana. Al final me devolvieron el dinero menos unos 300$ y… voilí , bajo la cajita no está el guisante. Mi amigo John me dijo después que un gitano viejo le apartó del corrillo a empujones y le miró como si realmente fuera a golpearle si trataba de pararme.
Yo sabía que no quería apostar, pero aquello era literalmente un pandemonium…«
Trileros: +450$. WSOP® Champion: -450$.
En fin… acabamos de presenciar el clásico timo al guiri tonto versión las Ramblas. En los comentarios le ponen a caldo claro. Lo que me parece saludable, y propio de anglosajones, es que lo explique en el blog. A un español le pasa eso y no lo cuenta ni loco.
Al menos, hoy Tom Schneider sabe que acercarse a un grupo de gente que arma alboroto en medio de las Ramblas no tiene EV+.