Dentro del plazo acordado por la primera instancia de la justicia de Nueva Jersey, el Borgata ha puesto cifra a sus reclamaciones contra Phil Ivey, al que acusa de haberles hecho trampas durante el verano de 2012.
El mes pasado, el primer juez en tratar tanto esta demanda como la contrademanda que ha puesto Ivey para defender su imagen pública, se abstuvo de dar la razón a ninguna de las dos partes. En la sentencia, se reconocían méritos en los argumentos de ambas partes y, de algún modo, se abría una puerta a un acuerdo extrajudicial al insinuar que la razón puede caer de cualquier lado.
El Borgata tenía 20 días para cuantificar el quebranto supuestamente generado por Ivey al utilizar un defecto de fabricación en las cartas para poner las odds a su favor jugando al punto banca, y el casino ha informado a la justicia de que buscan una indemnización de 15.500.000$.
El cálculo que hace el Borgata se divide en dos conceptos. El primero, la devolución de los 10.100.000$ que Ivey ganó en las mesas. El segundo, las supuestas pérdidas que le debía haber generado jugar bajo las condiciones habituales en el casino.
Según los archivos del Borgata, Ivey jugó 8.618 manos en ocho sesiones. Aquel verano jugó dos sesiones por visita. En las primeras manos, mientras probaba el sistema, las apuestas de Ivey eran de unos 3.000$ de media. Al final del primer viaje, ya eran de 50.000$. En el tercero, Ivey apostaba alreddedor de 100.000$ por mano.
En total, las apuestas totales de Ivey durante aquel periodo sumaron unos 500.000.000$. Como la casa tiene un margen de algo más de 1% en esa modalidad de juego, el Borgata calcula que el resultado final de las sesiones debía de rondar los 5.400.000$ perdidos por el gambler californiano.
Es imposible que Ivey acepte semejante cifra sin ir a juicio, y el Borgata lo sabe. La cifra hecha oficial en el juzgado es el máximo esperado en caso de sentencia a favor. Fuera de los juzgados, parece que el Borgata se conformaría con la devolución de los 10.100.000$ que ganó Ivey con un añadido de 250.000$ en compensación por los servicios gratuitos que el casino puso a disposición de Phil Ivey y su acompañante Cheng Yin Sun durante sus cuatro visitas.
El siguiente paso en todo este proceso es agotar el plazo que tiene Ivey para responder a la actualización de la demanda, y que se trate también el tema de su contrademanda, basada en su impresión de que el casino intentaba inducirle a incurrir en importantes pérdidas mediante la oferta incesante de alcohol y la presencia de camareras y relaciones públicas especialemente atractivas, que tenían la única intención de distraerle mientras jugaba. Cada uno usó sus armas, y Ivey salió triunfante. Esa es la defensa del jugador.
Si esto no se soluciona antes de poner la decisión en manos de un juez, tiene la pinta de que el Borgata y Phil se jugarán un flip de muchísimo dinero
