Cuando finalizó la mesa final del evento H.O.R.S.E. en las WSOP® con la victoria de Scotty Nguyen, los comentarios apuntaban a que ESPN iba a tenerlo complicado para salvar la imagen de un jugador, evidentemente borracho, profiriendo improperios continuamente. Los vídeos ya han llegado a la red.
Vía WickedChopsPoker encontramos el vídeo con los momentos más delirantes de Scotty Nguyen en su victoria en el evento H.O.R.S.E.
La televisión norteamericana ha realizado un gran trabajo intentando producir una imagen del póquer como producto de entretenimiento televisivo apto para todos los públicos. De todos modos, la propia naturaleza de un juego que siempre ha atraído a personas de carácter más o menos desordenado, termina por imponerse en ocasiones como esta, brindándonos un espectáculo grotesco. ¿O no?
Si bien es cierto que haber estado sentado al lado de Nguyen en esa mesa debió haber supuesto un enorme dolor de cabeza (además de que debió haber sido amonestado sin duda), no es menos cierto que como espectáculo televisivo no se le puede negar ciertas notas de interés.
«Esto es póquer, baby» que diría Scotty. ¿En realidad queremos que los jugadores de póquer sean modelos de conducta? ¿Nos gusta el póquer también por sus particularidades no tan socialmente admirables? ¿Sería Stu Ungar la leyenda que es sin sus adicciones y su trágico final?
Al igual que ocurre con el mundo del rock, en el universo del póquer está poblado por personalidades disímiles y singulares. En el rock habitan La Oreja de Van Gogh y Pete Doherty. En las mesas de póquer se sientan Barry Greenstein y Scotty Nguyen. Cada uno de ellos tiene su público. Que cada cual elija al suyo.