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Ay, quién fuese lavadora

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Muy de vez en cuando, en uno de esos dí­as en los que parece que la vida te sonrí­e, uno puede encontrarse algún billete extraviado en un abrigo o un pantalón viejo. Suelen ser de pequeña cuantí­a: 5€, 10€, 20€, pero la cosa no suele ir mucho más allá.

A veces, echas a lavar un pantalón y también puedes encontarte algo de dinero. Si no es uno de esos dí­as buenos, puede ser un papel hecho papilla que te deja el bolsillo hecho una pena. Sea como sea, las sorpresas relacionadas con los bolsillos olvidados, para bien o para mal, suelen ser pequeñeces.

Cuando te dedicas al poker de manera profesional y mueves grandes sumas de dinero la historia puede ser muy diferente. Ya es un clásico aquella vez que Shaun Deeb llevó su ropa a la lavanderí­a con fichas de casino por valor de 5.000$ entre los calcetines. Se dio cuenta y volvió, pero ya no pudo recuperarlas. Fue a la policí­a y el chico de la lavanderí­a, ni corto ni perezoso, declaró que si le dejan 5.000$ de propina él no tiene la culpa.

Muchas vueltas han dado las lavadoras en el mundo desde entonces, pero una vez más, un electrodoméstico se ha comido los dineros de un pro. La nueva ví­ctima es Andrew Robl y la suma es de 3.000$. ¿Dónde tendrá la cabecita este chico? Menos mal que tiene un ángel de la guarda.

«Sabes que tienes una empleada del hogar honrada y maravillosa cuando llega y te entrega 3.000$ que encontró en la secadora».

Ay, quién fuese la lavadora de un pro.