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Sigue la pesadilla del divorcio de Phil Ivey

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Phil Ivey

Phil Ivey y su novia del instituto, Luciaetta, se casaron en Las Vegas hace poco más de 10 años. El matrimonio duró hasta que en 2009 decidieron divorciarse. La separación no fue muy pacífica, ya que no hubo acuerdo en el «reparto» de los bienes y Luciaetta llevó a Phil a los tribunales. Y tras unos meses de incertidumbre, a finales de dicho año, el juez William González estableció los términos económicos e hizo efectivo el divorcio.

La ya ex-mujer de Ivey consiguió una auténtica fortuna, ya que se quedó con joyas valoradas en más de 1 millón de dólares, un coche, un seguro de vida, el 40% de las acciones de su ex-marido, la entrada de una casa, la mitad del dinero procedente de la venta de la casa en la que vivían y el 40% de los negocios de Phil. Y, además, el pro tuvo que comprometerse a pagarle todas sus deudas (que ascendían a más de 15 millones de dólares) y a pasarle una pensión mensual de 180.000$ procedentes de los ingresos que tenía de la empresa Tiltware (la desarrolladora del software de Full Tilt Poker). Teniendo en cuenta que Luciaetta y Phil no tuvieron hijos y que prácticamente todo el patrimonio había sido generado por el jugador, el acuerdo fue muy, pero que muy favorable a su ex-mujer.

Todo fue como la seda hasta que tras el Black Friday, Tiltware dejó de pagarle a Ivey y este dejó de pasarle la pensión a Luciaetta.

Entonces, la ambiciosa ex-pareja de Ivey apeló contra el «reparto de bienes» y puso a sus abogados a trabajar en el recurso. Y para su sorpresa, descubrió que Ivey le había donado 12.543$ al citado juez González en su campaña de elección para la magistratura. Por ello, acusó al juez de parcialidad ante el Tribunal Superior de Justicia y pidió su recusación. Y además, interpuso demandas contra su ex-marido, contra el abogado de su ex-marido y contra el abogado que «defendió» sus propìos intereses en el juicio inicial de su divorcio, acusándoles de que se habían puesto de acuerdo para impedir que pudiese percibir la parte de la fortuna de Ivey «que legalmente le correspondía».

Pues bien, según hemos podido leer en Las Vegas Review-Journal, la causa del divorcio de Ivey y de su polémica donación al juez que dictaminó las condiciones de su separación ha vuelto a los tribunales.

El caso ha tenido una gran repercusión jurídica y mediática, ya que ha hecho plantearse a los magistrados de la Corte Suprema de Nevada la licitud o la conveniencia de este tipo de donaciones. En los EE. UU., es extrañamente habitual que los candidatos a jueces reciban contribuciones privadas para sufragar los gastos de sus campañas electorales. Y aunque este tipo de regalos han suscitado críticas durante muchos años, siguen siendo legales y frecuentes.

En la vista, el abogado de Ivey, David Chesnoff, expuso que no había motivos para revisar la causa: «El caso está cerrado«. Y añadió: «Mrs. Ivey cobró millones del divorcio. Tilt cerró y la obligación de pasar la pensión terminó«. Y, por su parte, el de Luciaetta comentó que habiendo 20 jueces en la Corte Judicial de Nevada, era muy sospechoso que el patrocinado por Ivey hubiese sido el elegido para establecer los términos económicos de su separación.

De momento, aún no se sabe si la petición de Luciaetta prosperará. Sea como fuere, Phil Ivey sigue teniendo pesadillas con su divorcio.