En marzo de 2007, 439 jugadores se reunieron en el Spielbank Hohensyburg de Dormunt para disputar el evento principal del European Poker Tour. El italiano Cristiano Blanco quedó segundo, lo que le supuso la obtención de un premio de 380.000€.
En 2008, Italia aprobó el primer borrador de la nueva Ley del Juego. Cuando entró en vigor, se le dio vía libre a la Hacienda italiana para investigar las declaraciones de los jugadores. En 2011, invocando leyes fiscales que databan de 1973 y con información sacada de Internet, la Hacienda italiana le reclamó a Cristiano los impuestos correspondientes a varios premios ganados entre 2007 y 2009, incluyendo el del EPT, por valor de 500.000€.
Según las leyes italianas, los premios ganados en casinos situados en Italia están exentos de pagar impuestos, pues ya se les cobran a los establecimientos por la venta de entradas, las diferencias entre cantidades jugadas y premios otorgados y otros ingresos de explotación. Sin embargo, si el premio se había obtenido en locales fuera de Italia, los jugadores debían declararlo.
Cristiano Blanco, y más tarde Pier Paolo Fabretti, se negaron a pagar y llevaron el asunto ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La sentencia, de 2014, les daba la razón a los jugadores. Las leyes italianas vulneran el derecho europeo al establecer una discriminación entre los casinos italianos y el resto de casinos de la Unión.
La sentencia Blanco-Fabretti, como es conocida en el mundillo jurídico, alcanzará su pleno efecto la semana que viene, cuando las cámaras legislativas italianas aprueben la derogación de los artículos discriminatorios incluidos en el régimen fiscal.
A partir de ahora, las leyes recogerán por fin que los jugadores italianos no tendrán que declarar ningún premio ganado en la Unión Europea, ni en Italia ni en ningún optro país miembro, mientras que al respecto de los obtenidos en terceros países fuera de la Unión lo que mandan son los tratados internacionales en materia fiscal que Italia tenga con cada país.
Esta sentencia ha sido invocada en varios otros casos, siendo el más famoso el litigio con PokerStars que involucró a Dario Minieri.