La varianza -negativa- y las malas rachas son una parte natural y muy molesta del poker. Por ello, para nuestra salud como jugadores habituales es crucial saber sobrellevarla y toma decisiones para intentar minimizar sus efectos, tanto económicos, como emocionales.

En 6 años que llevo de coach, he visto tilts de todos los colores y jugadores con temor a jugar ases por si se los reventaban.

También he tenido que defender la limpieza del poker ante los fans de la cansina teorí­a de la conspiración, la que defiende a capa y espada, pero sin más datos que la propia experiencia, que los softwares de las salas están trucados.

Para comprender la varianza, no se puede recurrir a la «experiencia», ya que depende de los «grandes números«, es decir, solo se puede tener una perspectiva más cercana a la realidad considerando una masa de manos enorme.

Os recomiendo que utilicéis un simulador de varianza.

Vamos a analizar dos perfiles de jugadores. Imaginad que ambos llevan tiempo jugando cash de Texas Hold’em Poker en NL100 6-Max.

• El Jugador 1 es un ganador regular, que tiene una win rate de 5bb/100hands y una desviación estándar de 75bb/100hands, que indica que tiene el juego muy controlado.
• El Jugador 2 también gana, pero algo menos, a 2bb/100hands, y su desviación estándar es algo superior, de 95bb/100hands.

Vemos cómo serí­an sus resultados si jugasen múltiples tandas de 10.000, 100.000 y 1.000.000 de manos. Así­ podremos comprobar cómo les afectarí­a la varianza.

Os voy a mostrar 2 valores:

• Los intervalos de win ratios en el 70% de las tandas jugadas.
• La probabilidad de terminar las tandas con pérdidas.

En el 70% de las tandas simuladas, las win ratios de los jugadores estará entre estos dos valores de bb/100 hands.

Jugador	10.000	100.000	1.000.000
Jugador 1	De -2,50 a 12,50	De 2,63 a 7,37	De 4,25 a 5,75
Jugador 2	De -7,50 a 11,50	De -1 a 5	De 1,05 a 2,95

Y esta serí­a la probabilidad de que ambos jugadores acabasen en pérdidas en las diferentes tandas.

Jugador	10.000	100.000	1.000.000
Jugador 1	25,25%	1,75%	0,00%
Jugador 2	41,66%	25,28%	1,76%

Como veis la probabilidad de terminar en pérdidas en la serie de 10.000 manos es enorme, aun siendo ambos jugadores ganadores. Y en las tandas de 1.000.000 de manos, es prácticamente despreciable desde el punto de vista matemático.

Voy a hacer ahora un par de cálculos más para estos dos jugadores. Me gustarí­a saber cómo pueden ser sus malas rachas. Es decir:

• ¿Cuál es la probabilidad de que cada uno tenga downswings de más de 1.000bb?
• ¿Cuál es la probabilidad de que acabe series de 5.000, 10.000, 50.000 y 100.000 manos en pérdidas?

Vemos primero los downswings de más de 1.000bb.

• El Jugador 1 los sufrirí­a aproximadamente en un 34,5% de las tandas.
• El Jugador 2 se verí­a afectado por ellos en un 78,5% de las series.

Y en cuando a la probabilidad de que terminen al menos una serie de x manos con pérdidas, estos son los datos que nos da la calculadora:

Jugador	5k	10k	50k	100k
Jugador 1	59,93%	48,40%	12,86%	2,78%
Jugador 2	85,62%	80,96%	61,83%	47,71%

Como veis, de nuevo, los datos cambian considerablemente en función del volumen de manos de las series.

La varianza tiene a minimizarse en muestras grandes y «varí­a» muchí­simo en series más pequeñas.

Como supongo que ya estaréis cansados de números, os ofrezco ahora una serie de recomendaciones para poder lidiar con la varianza negativa, que es uno de los mayores enemigos de los jugadores de poker.

Gestionar bien la banca.

No hay que jugar por encima del nivel que corresponde en función del bankroll disponible. Hay que bajarse de nivel cuando no tenemos para jugar en el actual. Y no hay que probar en el superior cuando tenemos pérdidas en el que estamos.

Evitar que la varianza negativa afecte al estado emocional.

No debemos tildarnos por los efectos de la varianza negativa, ya que ello tiene un efecto destructivo e inmediato sobre nuestro rendimiento en las mesas (pérdida de confianza, aparición de maní­as) y sobre nuestra banca. Y si nos «tildamos» o nos afecta el resultado de alguna mano o menos, hemos de saber parar y descargar nuestra frustración.

Valorar correctamente nuestros resultados.

Aunque hemos de hacer revisiones constantes de nuestros rendimientos, no hemos de valorarlos en el corto plazo, sino en perí­odos más largos de tiempo o en series amplias de manos o torneos. El corto plazo está, como hemos visto, muy sometido a los efectos de la varianza y la negativa puede ser muy cruel.

Intentar mejorar nuestro nivel de juego.

Este aspecto es básico, ya que cuanto mayor es nuestra win rate o nuestra ventaja, tal como hemos podido apreciar en las tablas anteriores, menor es el efecto de la varianza negativa. Por ello, ser humilde, no creerse el mejor del mundo, y al contrario, buscar fallos o leaks en nuestro juego es clave para nuestra mejora.

Tener apoyos dentro y fuera del mundo del poker.

Contar con amiguetes del poker con los que poder comentar dudas o pedir ayuda para mejorar nuestro nivel de juego es muy importante, al igual que poder recibir el cariño e incluso la comprensión de nuestras personas más cercanas y queridas.

Comprender la caracterí­sticas -matemáticas- de la varianza.

Entender bien esta última recomendación es clave, ya que nos permitirá jugar con más tranquilidad, sin ver fantasmas donde creo firmemente que no los hay -hasta que alguien pruebe lo contrario con números y una denuncia judicial-.

En mi opinión, el software de las salas no está trucado. Puede ser muy travieso, eso sí­. Pero yo confí­o en la aleatoriedad de los sistemas de reparto de cartas. La Dirección General de Ordenación del Juego revisa los sistemas técnicos de todas las salas antes de darles el sello de «Juego seguro«. Y aparte, las salas periódicamente solicitan auditorí­as externas de dichos sistemas de reparto de cartas, para asegurarse de que no tienen fallos.

Bueno, no me enrollo más. Espero haber contribuido a dar algo de luz a este tema tan delicado de la varianza, las malas rachas y las sospechas de trucaje del software de las salas. Como siempre, os animo a realizar todo tipo de crí­ticas o sugerencias a este artí­culo.