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Un escritor de Vice publica sus trampas: ‘Convertí 1 libra en 220 usando un bot para jugar al poker’

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Vice es una web británica que basa su atractivo en ofrecer una visión de la vida alejada de lo polí­ticamente correcto, sin establecer juicios morales.

Acogen entre sus contenidos los de algunos escritores freelance, que más o menos se hacen a una idea de qué tipo de artí­culo les pueden comprar allí­. Uno de ellos es Howard Vernon, que ha hallado un nicho muy particular en el que alimentar sus colaboraciones con Vice. Vernon investiga las oportunidades que ofrece Internet para hacer dinero rápido, que casi siempre son una decepción, claro.

Vernon ha trasteado con Forex, con tipster de apuestas o con la exportación de artí­culos occidentales de lujo o semilujo para su venta en el mercado negro de China. La última temática que ha conseguido tratar en portada de Vice ha sido la del poker online, con el poco afortunado tí­tulo de «Convertí­ 1 libra en 220 usando un bot para jugar al poker». O peor, el subtí­tulo. «Ganar al poker es sencillo, sobre todo cuando túno haces nada del trabajo».

Difí­cil defender lo que muchos acusan de ser una invitación a acercarse a las salas para hacer trampas con un bot y «convertir 1 libra en 220» de manera «sencilla» y «sin esfuerzo«.

OnlinePokerReport se puso en contacto con el escritor para que diera réplica al aluvión de crí­ticas de jugadores de poker online que le enterraron tras su publicación en Twitter. Tí­mido al principio, reconoció que él no eligió el titular.

Profundicemos más en el artí­culo. Dice haberse inspirado con el libro publicado por Maria Konnikova, la psicóloga estadounidense que se puso en manos de Erik Seidel para aprender a jugar y acabó perdidamente enamorada del poker y el circuito y llevando el porche de Pokerstars.

«por todo esto de la pandemia, me voy a limitar al poker online«, escribe Vernon.

El interés por poner en práctica lo leí­do en el libro le dura minutos. «A pesar de carecer del autocontrol, el temperamento, la atención al detalle y la psicologí­a de doctorado de Marí­a, tengo algo que a mí­ me funciona: un insaciable apetito por ganar dinero fácil como sea«. Unos cuantos spins más tarde, intentando aprovechar el bono de bienvenida, Vernon comprueba que «la magra cantidad de dinero que puedo sacar no vale la pena el tiempo que llevo invertido«. Y dice que dista muy lejos de ser su culpa.

El autor se refugia en estas sórdidas palabras de un tal Jack Taylor, gestor de una página dedicada a generar patrones de apuestas para sacar beneficios de las ofertas de bienvenida y bonos de las casas de apuestas, página que lleva sin actualizar su portada más de un año.

«Hay montones de bots, y gente que juega con la ayuda de simuladores. Es una de las razones principales por las que las salas ya no hacen buenas ofertas. El valor del jugador promedio ha caí­do en picado«.

Dando por hecho que es lo que cualquiera harí­a en estas circunstancias, Vernon acude a «una sospechosa web» de la que descarga un bot. Con los consejos de un tal Egor, gerente del negocio, Vernon repone su depósito de 10 libras y pone a trabajar el software «un par de dí­as«. En cash, llega a un pico de 60 libras, hasta que empiezan a llegar las pérdidas. Egor le ha recomendado poner al bot a jugar torneos, «que requieren una estrategia distinta y se le dan mejor al bot«.

Coincidencia, qué bueno para el artí­culo, oiga. El bot gana un torneo de una libra, que se convierten en 220.

«Deberí­a haber terminado el artí­culo aquí­«, confiesa. Pero intenta colar el bot en PPPoker. Encuentra un agente que le da acceso, pero el bot fracasa miserablemente y pierde un depósito de 30 libras.

El autor, en ningún momento hace referencia a los términos y condiciones de uso de las salas, que convierten su artí­culo en una confesión de una burda trampa. Hace ver cómo si en el poker online no hubiera nadie al volante, cuando el bot que usa da una lista de sitios en los que no están ninguno de los operadores punteros. Ese bot no supera la seguridad de ninguna sala importante. El autor juega en una skin de iPoker, red que no queda muy bien retratada, pero solo si nos creemos a pies juntillas que el bot estuvo funcionando varios dí­as sin ser detectado y que el autor pudo solicitar una retirada sin mayores problemas.

Lo que es peor, en ningún momento aclara que, en el poker online, al revés que en las apuestas, sus jueguecitos sucios para hacer aparecer dinero de la nada apuntan a otros usuarios, y no a los bonos de las salas. Aparentemente, ese pequeño detalle no mueve su aguja moral.

«El uso de bots cae en una área gris, tanto en lo legal como en lo moral», se atreve a replicar Vernon a OnlinePokerReport. «es deber de las compañí­as de poker online proteger a sus jugadores«.

No creo que se pueda hacer una lectura así­ del artí­culo [Una invitación al uso de bots para hacer dinero fácil], más allá del titular. En el artí­culo incluyo una mención del dueño del bot en el que deja claro que no es una máquina mágica para fabricar dinero«.

Yo, como mucha otra gente, no soy fan del poker. Literalmente, me darí­a igual si mañana me despierto y no existe más. No creo que tenga que pedir perdón a nadie«.

Nick Jones, de Pokerfuse, opinó en Twitter que es una oportunidad perdida para educar a la gente. Los jugadores de poker ven su actividad como un entorno legí­timo en el que crecer a base de esfuerzo y estudio, pero desde fuera mucha gente lo ve como un juego de mentirosos y tramposos. Por eso gente como Vernon ve los bots como algo tan moralmente ambiguo como cualquier otro aspecto del negocio.

La percepción que consigamos que el público saque del poker y de sus jugadores es la que define el marco moral dentro del que seremos juzgados.

Por eso algunos nos llevamos tanto tiempo tomando a pecho las discusiones sobre tácticas como los scripts de senatado o que se usen términos como «desplumar», «fishes», «pescaos» y demás jerga.

Quien a hierro mata, a hierro muere.