Inicio Actualidad de poker Tormenta en las High Stakes (III): Recetas contra la podredumbre

Tormenta en las High Stakes (III): Recetas contra la podredumbre

Patrick Leonard, antiguo responsable de un establo de póker y colaborador de la sala partypoker, aporta una reflexión sobre el alcance de las informaciones sobre trampas en las high stakes. La industria debe aprender a comunicar de manera correcta los éxitos en la lucha contra los tramposos y el alcance de sus operaciones, para tranquilidad de sus usuarios.

724
Patrick Leonard

El propio tuit que desencadenó toneladas de basura contra la estratosfera del póker, el que publicó Alex Foxen sacando de un armario de cristal a Ali Imsirovic, contenía la primera receta contra la plomiza panza de burro que oscurece las high stakes.

Foxen abogaba por una lista negra. Vetar de cualquier partida de póker a todos aquellos individuos que hayan sido identificados alguna vez haciendo trampas, ya sea en vivo u online. Un esfuerzo común de operadores de Internet, casinos y jugadores para apartar las manzanas podridas del cesto.

Por muchos motivos, que ya hemos examinado a conciencia, la creación de una lista negra parece un proyecto utópico al que se le pueden poner infinitos peros morales y legales. Pero no por ello deja de tener sus defensores.

La reacción de Chance Kornuth ante los acontecimientos que llevaron a exponer públicamente a Ali Imsirovic y Bryn Kenney fue la más comentada. Kornuth señala una dolorosa evidencia. Los actos de los tramposos tienen unas víctimas concretas, y la forma que eligen las salas para reparar el daño no son adecuadas.

Las salas asumen la responsabilidad de lo sucedido, pero ocultan la identidad de los tramposos y reparan los daños y perjuicios a terceros a su albedrío y sin la suficiente transparencia.

Kornuth acierta a señalar todos los problemas que no soluciona el método actual de barrer bajo la alfombra. En cualquier momento, un jugador de high stakes puede estar en un casino, haciendo migas y sentado a la misma mesa con el tipo que le ayer le hizo trampas online, y que plnea seguir haciéndolas. Gente que no puede pisar un casino en Las Vegas por haber sido pillado marcando cartas o moviendo fichas entre torneos no tiene problema ninguno para registrarse en una sala online.

Kornuth aboga por la lista negra, pero lo más importante de su inflamada respuesta en Twitter es señalar a los que, según su entender, son los referentes de la comunidad de las high stakes en lo relativo a la honestidad y la decencia en las mesas. El jugador estadounidense apunta a Phil Galfond, al dueño del Dusk Till Dawn y colaborador de partypoker Rob Yong, y al embajador de GGPoker Jason Koon.

Galfond, que durante el desarrollo del software de su sala Run it Once le cogió el gusto a explayarse en elaborados blogs, lamenta no tener tiempo apara poder erigir un armazón literario para ofrecernos sus recetas para esta situación, pero se ha comprometido a ir regando su timeline de Twitter con las ideas que le vayan surgiendo.

Antes que nada, Phil ha querido dejar claro que su visión del futuro del póker online en cuanto a su integridad es optimista. Los tramposos y los equipos de seguridad de las salas llevan lustros corriendo una maratón en la que cada uno intenta adelantar y sacar ventaja al rival. Es complicado conocer en qué posición están uno y otro en un momento dado de la historia de la industria.

En opinión de Galfond, la asistencia en tiempo real y los bots están muy cercanos al pico de sus capacidades. Están basados en el GTO, en la teoría de juegos que ofrece una solución óptima a cada situación, y la lenta derivada hacia la perfección no es infinita. Por lo tanto, la pugna entre tramposos y operadores no se resolverá en virtud de la perfección de las trampas.

En la Batalla del Atlántico en la Segunda Guerra Mundial, la ingeniería de los submarinos ya había llevado al límite la capacidad de inmersión y la resistencia a la presión de los cascos de los buques. También la letalidad de sus torpedos. Lo que permitió a los aliados vencer a los lobos de Dönitz fue pulir los métodos de detección: aumentar la autonomía de los aviones y los barcos de escolta, y mejorar el sonar, los hidrófonos y los radares.

Un bot, o un solver, aspira a mostrar en sus historiales de manos un juego óptimo. Debe ajustarse al GTO lo más posible. Esa es su naturaleza, su función, y cualquier desviación reduce sus beneficios. Es su fuerza, pero también su debilidad.


El peligro de la asistencia en tiempo real en las high stakes es que hay un gran jugador detrás de la operación. Intentar adaptar ajustes de juego explotativo a un bot va a hacer saltar cualquier alarma de seguridad, porque crea un patrón fácilmente reconocible.

Esos patrones se diluyen cuando a los mandos hay un jugador capaz, que usa el solver para los spots más críticos y para sostener el andamio de su estrategia óptima, pero el resto del tiempo tiene capacidades propias para aplicar ajustes explotativos en su juego.

Lidiar con este problema se convierte en el argumento más poderoso a favor de la lista negra, pero Galfond lo refuta citando a Sam Grafton.

Grafton se refiere a la coyuntura que permitió la operación de Bryn Kenney en GGPoker. La facilidad con la que se podía uno registrar y jugar con VPN en el periodo de mayor expansión de la sala, con todo el proceso de ingresos y retiradas canalizado a través de un agente, fue lo que permitió la creación y el mantenimiento de su red. «Estoy sorprendido que la idea principal en la comunidad para resolver nuestros problemas sea darle a otro grupo de jugadores de alto nivel el poder de supervisar una especie de lista negra«.

Si descartamos la lista negra, lo que nos queda es confiar en la seguridad de las salas y su capacidad de detección de los tramposos. ¿Con qué nuevas herramientas podemos dotar a los miembros de ese escudo frente a las amenazas actuales?

Es hora de pasar página en nuestro recetario y acudir a Rob Yong y Patrick Leonard.

Ya hemos tratado sus diferentes posturas sobre las listas negras en el monográfico publicado sobre la materia. Son, junto a Jason Koon y otros impulsores del proyecto, dos de los pioneros de la idea. Leonard está a favor de crear un sindicato de jugadores que desarrolle el proyecto, mientras que Rob Yong ya está dando los primeros pasos para reunir a todos los actores de la industria, jugadores y operadores, en una organización común en la que consensuar las medidas.

Sin embargo, coinciden con Galfond y Grafton en que no está de más reforzar el capítulo de seguridad en las salas de póker online.

Antes que nada, hay que delimitar el verdadero alcance del problema.

El uso de asistencia en tiempo real es un peligro que solo aumenta exponencialmente según se sube de nivel en el lobby. Es una herramienta que permite a un jugador elevar su ROI un par de puntos ante unos competidores extremadamente hábiles que reducen los márgenes de beneficios a cantidades en los que esa ayuda extra significa una diferencia fundamental para los resultados de una cuenta.

En niveles más bajos, donde juega una inmensa mayoría de los usuarios, los márgenes de ganancia obtenibles por los mejores jugadores son mucho mayores y la asistencia en tiempo real no compensa, pues requiere limitar el número de mesas abiertas por culpa del volumen de los datos que requieren estas herramientas para su correcto uso.

Por lo tanto, somos espectadores de la discusión de los problemas del primer mundo del póker, y nuestras preocupaciones deberían ser mucho más banales, aparte de cocinar unas palomitas y asistir al espectáculo.

Los bots y la colusión de grupos organizados, ahí debemos mirar con algo más de duda.

El factor que más dificulta la creación de una red de bots y otras trampas como las multicuentas, con mucha diferencia, es la rigurosidad en la verificación de los datos de los usuarios en el registro de las salas. Es el punto flaco de la industria, pues las trabas a la hora de realizar el registro, un depósito o una retirada son causa de desapego entre los clientes. En los periodos de expansión, los operadores no tienen ningún incentivo a favor de la rigurosidad en este aspecto clave del modelo de negocio, y solo se puede apelar a su responsabilidad.

Los responsables de partypoker, Yong en particular, nunca han ocultado que su equipo de seguridad vería con buenos ojos sacrificar algo de intimidad de sus usuarios para facilitar la detección de los tramposos. Parte del proceso para verificar tu identidad ante una sospecha de trampas es el uso de webcams y la grabación/revisión de sesiones con los afectados.

El uso del nombre real está implementado en la mayoría de la oferta de high stakes de la sala.

Es decir, si hay voluntad, hay herramientas para pelear contra esas prácticas.

Sobre la colusión, Leonard avisa de que la forma más fácil y menos sospechosa de jugar en común se da en los satélites, y su fórmula preferida para erradicar el problema es el nuevo formato que tan buena acogida ha tenido en el EPT Praga, el Stack Target, donde el asiento se gana automáticamente al alcanzar un stack determinado y esas fichas vuelven al torneo en un reparto equitativo en la misma mesa.

Por supuesto, los establos de póker, que es el término familiar con el que se conoce a los grupos de jugadores que comparten métodos de financiación y/o estudio,  permiten formas más intrincadas de colusión. La preocupación sobre este problema ha crecido exponencialmente después de las revelaciones de Martin Zamani sobre la «secta» de Bryn Kenney.

Leonard ha manejado equipos de jugadores durante una larga temporada, y es muy sensible al respecto de la visión sobre estas prácticas.

Para empezar, Leonard reniega de un término común para todos los grupos de inversores. Diferencia tres categorías.

Grupos de amigos que son financiados por un tercero…

…, que puede pertenecer al grupo y haber logrado un gran pinchazo recientemente.

Suelen durar poco, se disuelven en cuanto el responsable de la financiación se enfrenta a las primeras malas rachas o a los malentendidos sobre el reparto de la acción.

Tienen el problema de que pueden resultar en colusión por la cercanía y la familiaridad entre sus miembros.

Por cada grupo de este tipo que es desmantelado por hacer trampas en el póker online hay una cantidad mucho mayor de ellos.

Negocios a gran escala y escuelas de póker,…

…en los que firmas internacionales financian a jugadores ganadores con la idea de promocionarlos a niveles superiores.

Muchas veces, la cara pública de la organización es la de uno o varios jugadores con fama entre un sector de la comunidad, y ofrecen equipos de entrenadores con nicks reconocibles y grandes resultados, ideales para captar una base de jugadores dispuestos a emularles.

No generan problemas de colusión, es más, el ego, la poca familiaridad entre un amplio porcentaje de los usuarios, y los objetivos individuales de mejora que se les promueven favorece la competitividad entre ellos.

A los responsables del establo y a los entrenadores no les vale la pena involucrarse en trampas como el ghosting porque suelen jugar en niveles mucho más altos y su involucración no suele ir más allá de los coachs grupales o los vídeos.

Patrick, que fue cabeza visible de uno de estos grupos hasta hace dos años, está convencido de son buenos para el póker.

De hecho, estima que si estos grupos desaparecieran de un día para otros, los torneos de entradas medias como los 55$ con fields de 100 a 5.000 personas se secarían de inmediato.

Establos cuyo modelo de negocio es hacer trampas

Te van a sonar mucho, después de leer los capítulos anteriores sobre Ali Imsirovic, Jake Schindler y Bryn Kenney.

La selección de personal se basa en localizar jugadores relativamente capaces a los que les cuesta ganar en niveles altos.

Se les fideliza con un acuerdo muy malo para el jugador, que se ve atrapado en un sistema que le reserva el papel de simple generador de stacks de los que luego, cuando hay posibilidades de mesa final o premios importantes, se hace responsable el jefe de la operación o uno de sus hombres de confianza.

No están masificados como un estable internacional, y la familiaridad entre sus miembros es mucho mayor. Juegan fields mucho más pequeños y coinciden más a menudo en las mesas. Se intenta imbuir a los jugadores de una fuerte mentalidad de equipo, y hay repercusiones psicológicas y económicas mucho más graves para aquellos a los que se le pasa por la cabeza oponerse a seguir con esas prácticas.

La mayoría de la gente confunde a los tres grupos, cuando los únicos realmente peligrosos son los que responden al último perfil.

Leonard se ha tomado la molestia de brindarnos esta visión tan exhaustiva sobre los grupos organizados de jugadores como aportación personal a la que es quizá la reflexión más importante que ha surgido de todo este guirigay que se ha formado en las redes sociales en estas semanas.

«Nosotros, como industria, hemos llevado a cabo un trabajo desastroso en la educación de nuestros miembros, ya sea por no explicar bien el poder de los HUDs (o de su ausencia), en desenmascarar a los tramposos y ladrones, o en asuntos más complicados como son los establos.

Espero que lo más importante que hayamos aprendido de estas dos semanas es a comunicar mejor».