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La Toja es Bárbara

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Sí­, amiguitos, el titular lo dice todo. Llegas a la entrada del Casino de La Toja y unos ojazos dulces envueltos en piel tersa y suave rematada en rubia cabellera, te dice: «Hombre, Periquillo». Si todo esto va adornado de una aterciopelada voz y una luminosa sonrisa… se te olvida todo, muchacho. El músculo miocardio se paraliza provocando una diástole en la parte izquierda de mi maltrecho corazón. En mi aorta habí­a menos tráfico que en una carretera secundaria del interior de Groenlandia en pleno invierno. Un trocito de mi corazón, y otro de mi hí­gado, se quedaron en La Toja. Su nombre es Bárbara y ya no sé de qué tení­a que escribir.

TORNEO DE LA TOJA: DíA 0

¿Qué coño hago aquí­? A cualquiera que le diga que me he chupado 1.000 km, me he cruzado España en diagonal con un temporal do carallo y todo para jugar un torneo de 100 €, pensará que me he vuelto gilipoyas. Bueno, algunos, como mi mujer, lo sabí­an de antes. Por lo menos, los vuelos transcurrieron sin incidentes y llegamos a la hora prevista. La música que llevo es especial para antes de los torneos: el album «Raise» del mejor grupo de la historia, Earth, Wind & Fire.

Una vez aterrizado en Santiago, pensando que me habí­an dejado en Siberia, empiezan las primeras pegas. El chófer llega con retraso. Es que el servicio está fatal, esto ya no es lo que era. El tipo me llega sin gorra de plato ni nada, aunque por lo menos tuvo el detalle de venir enchaquetado. Cometió errores de bulto, como no coger mi equipaje o no abrirme la puerta. El remate fue cuando el tipo pretendí­a que me sentara delante con él ¡Menudo descaro! Nos encaminamos a Vigo sin siquiera pasar a hacer una visita al Santo Sepulcro. Cuando se entere mi mmamma me deshereda. La conversación y la conducción fue de lo mejorcito de mi primer dí­a en tierras gallegas. Gracias por todo, Bidan. Aunque él asegura que no le pisa, un pequeño dato para que os hagáis una idea: al abrir el maletero la rueda de recambio olí­a a goma quemada y mi maleta tení­a una marca de rodada.

En Vigo fuimos a comer con Pac8 y Jorge Vales DOORMANGOR, un tipo al que tení­a ganas de conocer por que los mails que habí­amos intercambiado prometí­an. Efectivamente, no me decepcionó. Comimos lo tí­pico de esta tierra: paella con sangrí­a, no te jode. Otro detalle que denota el declive en el servicio: el chófer se sentó a nuestra mesa ¡Dios mí­o! Recuerdo de pequeño que el chófer de mi abuelo se acomodaba en una mesa adyacente. Bidan y Jorge se retirán por motivos laborales, con lo que me quedo con Pac8 sacrificando mi ansiada siesta, ya que tengo el hotel a 40 kilómetros ¿Dos tipos como nosotros que podemos hacer a las 5 de la tarde en Vigo? Pues recorrernos los garitos tí­picos de la zona. Craso error.

Tení­a muchas ganas de ver a Pac8, uno de mis padrinos de boda en Las Vegas. Los que no lo conozcáis en vivo no os podéis hacer a la idea de el valor que tiene estar unas horas con esta enciclopedia con patas del póquer para ti sólo. No lo veí­a desde la vuelta de Las Vegas allá por diciembre del 2007 y recuperamos el tiempo perdido. Por fin llega el chófer, pero esta vez perfectamente uniformado con la gorra de plato que apareció en mi maleta mágica. Además tuvo el detalle de pasar por el hotel de Jorge y recoger mis bártulos. Nos vamos hacia La Toja y empiezo a echar de menos la siesta. No sólo eso, sino que añadimos una ligera gastroenteritis (palabra que viene del latí­n gastro: botella de gí¼iski, enteritis: todita).

Paramos a poner gasolina y me encargo de dejar la primera muestra de la comida al lado del surtidor. Empezamos bien. La llegada al hotel la tiene que contar Bidan, pero imaginaos a un tipo demacrao acompañado de otro trajeado, con gorra de plato y la maleta. Consigo dar el DNI en recepción y… lo dicho, que lo cuente Bidan. Sólo apuntar que el muy cabrón me paseó por todo el hotel para llegar a mi habitación. Si no se entera que la 502 está en la quinta planta después de la 501 ¿Cómo contará este las outs?

En la habitación la cama me llama a gritos y decido no acercarme al casino a jugar el satélite. Buena decisión, chaval, pero tendrí­a que buscarme una buena excusa ante Barros. El hotel está a 50 metros escasos del casino. La cara de Barros al dí­a siguiente cuando le dije que me habí­a perdido: «Mardito GPS», fue de foto. Amanecí­ temprano pero con pocas ganas de moverme. El dí­a tampoco invitaba a pasear. No me habí­an dicho que La Toja es un parque temático sobre tormentas tropicales, tornados y similares. Ya me avisó Bidan cuando le dije que era mi primera vez por estas tierras: ¿Creí­as que Galicia era verde? Pues no, es gris.

El fin de semana promete. Vení­a con muchas ganas de volver a ver a tres monstruos: Barros, Pac8 y Bidan. A Barros hace casi un año que no lo veí­a y ya iba siendo hora, joer, que sólo estamos a 1.000 kilómetros. Las collejas que me da por teléfono no son tan sonoras como en directo. De Pac8 ya os he contado y con Bidan tengo una cuenta pendiente alrededor de una rubia. También tení­a que conocer a Jorge, a Gonzalo Rudgante, a Arturo Patiño y a otros. Mañana seguimos.

TORNEO DE LA TOJA: DíA 1

Me recoge Barros para comer con Dani y con Patiño. í‰ste si que es un buen chófer. Nada más entrar me pregunta por la gorra. Tras zamparnos media ternera gallega vamos a felicitar a la madre por lo bien criada que estaba y a la siesta, hoy sí­. Cuando estaba calzándome el albornoz para pegarme una sesión de talasoterapia, me llama Gonzalo rudgante y me la fastidia. Bajo a la cafeterí­a y allí­ estaba con Pac8. í‰ste no tení­a el polo de Los Pelayos Poker y me pareció el momento ideal para regalarle el de «Las odds son para maricones», que tan dignamente lució todo el fin de semana.

La entrada al Casino ya la he contado al principio. Tras reaccionar subo a la sala de póquer a saludar a los Patiño Brothers, muy simpáticos, y al resto de conocidos. Tuve suerte en el sorteo por que me tocó la posición 3 de la mesa 10, con Bidan en la 7 y rudgante en la 8. Sólo conocí­a a 6 jugadores de los 110 y me tocan dos. Eso me viene bien para desplegar todo mi arsenal de chorradas y atrezzo que suelo llevar a los torneos. Por lo que me cuentan la mesa 10 es la última que se deshace, como así­ fue, y no me moverí­an.

Enseguida vi que la complicación de la mesa estaba a mi izquierda con Gelillo y Eliseo, dos jugadores que se moví­an mucho. Tuve que tirar mis QQ con AK en el flop. Al final Gelillo muestra 88 y Eliseo J5. Una J en el turn le da la mano a éste. Una de las chorradas que tení­a preparada para este torneo era usar post it para poner notas a los jugadores, como si estuviera jugando on line. El primero que se la llevó fue rudgante al tirar sus cartas preflop cuando un rival le hizo una resubida a su subida previa. Nota: «Se caga vivo». La de Barros la medité mucho: «Peligroso bajo el aro, sacarlo de la zona».

El ambiente en la mesa fue relajándose y nos reimos bastante. Con algo más de 3.000 fichas meto la caja para ver si me doblo o me pelan y hago recompra, pero nadie responde, así­ que empiezo tras el addon con unas 9.000. En la posición 5 la gente no duraba mucho, y Gelillo empezó a decir que estaba maldita. Tras varios jugadores nos traen a esa posición a Jorge Vales. Rudgante ya estaba fuera y Jorge no iba a durar mucho.

Adrián Lendoiro, Jorge y un tercer jugador, corto de fichas, van al flop que muestra 78K. Adrián Lendoiro apuesta, iguala el siguiente y Jorge mete su caja con K8. Triple all in con KJ de Lendoiro y KT del restado. Un 9 en el turn le sigue dando el bote a Jorge pero multiplica las outs de sus rivales de forma escandalosa. La J que salió en el river trunca las opciones del que iba por delante en ese momento. Era la peor carta posible, por que da escalera al restado y el bote paralelo, que era el realmente gordo, se lo lleva Adrián Lendoiro con dobles superiores: KJ vs K8.

Pac8 empezó en las mesas cercanas a la barra y se iba acercando, ya que aquellas son las primeras que se deshacen. Acaba el dí­a con una media de 29.000. Bidan va muy bien con 36.000, Pac8 con algo más de 20.000 y yo con 23.000. Mi gallego ha mejorado bastante al ir mirando la pantalla informativa del torneo. Por ejemplo, «level» significa «nivel»; «left 34» viene a ser «quedan 34». Me retiro temprano: 6 de la mañana.

TORNEO DE LA TOJA: DíA 2

Me levanto a tiempo para aprovechar el buffet, me doy un paseo por internet y me sorprende la gran acogida que ha tenido el Desafí­o Las Vegas III que organizarán Los Pelayos Poker para abril. No quiero llamar a nadie para no romperles ese sueño tan necesario para esta noche. Aunque hace fresquito luce el sol. El paseo es muy corto, ya que descubro enfrente del casino un barecito muy mono que estaba cerrado el dí­a anterior y en el que reza en un cartel la siguiente frase: «Bodega de cerveza». Noooooooo, mi perdición.

Llamo a macolis, uno de mis coacher junto con Tizona y Oscar Garcí­a-Pelayo, para contarle mis andanzas. No sólo me da ánimos sino que me da un alegrón al decirme que «le dejan» venirse a Las Vegas. Gracias a Dios me llama Barros para ir a comer y no me da tiempo a vaciar la bodega. Nos comemos lo que quedaba de ternerita del dí­a anterior. La madre viene llorando por liquidarnos a su crí­a.

No puedo dormir siesta y quedo con Jorge Vales y Pac8. Se nos unen Adrián Lendoiro y Miguel Kiwi, del Penique en una partidita de Omaha. No habí­an jugado nunca y nos reimos bastante. Los dos riverazos que le metí­ a Miguel eran una premonición. Estaba en mi mesa del torneo y lo dejé en la burbuja bastante tocado. Sus KK se toparon con mis AA y me hicieron entrar en mesa final cuarto con 131.000 fichas. De poco me servirí­an.

La gastroenteritis que pillé el viernes se la traspasé a Bidan y no pudo ni venir al torneo. En sus fichas pusimos una foto suya y parecí­a un funeral ¿Para qué me das una tarjeta tuya con foto incluida? Por cierto, me tienes que dar otra, que no sé donde acabó aquella.

Ya en el torneo a mi derecha está Miguel y nos traen a su derecha a golfinho. Nos pegamos unas risas, sobretodo con la jugada que ya ha comentado golfinho en la noticia del Torneo en esta web, de un tipo con 22. Ese mismo jugador me dobla al ver mi all in de AJ con su A2s ¡con un par! Eso sí­, las pasé canutas por que el flop arrojó un 3 y un 5.

En el sitio de golfinho, nos sientan a Pac8. Lo que faltaba. Intenta robar mis ciegas con 95, pero la mala suerte se ceba con él, ya que Miguel llevaba AA y lo manda a dormir cerca de premios. Por suerte quedó por delante de Bidan, ya que si éste hubiese aguantado más que nosotros nos habrí­a dado la brasa de por vida. Ya lo oí­amos decir: «yo desde el hotel y he quedado mejor que vosotros 2.

Fui sacando los «amuletos» que suelo llevar a los torneos: torito y gitana, gafas con patillas, palotes, bolas chinas… (no digo de donde las saqué) y nos plantamos en la mesa final. No me gusta la posición que me toca, la 10, por que el crupier no te deja ver bien. No me dieron absolutamente nada y no pude robar por que no me llegó ninguna mano limpia, así­ que mi pila fue bajando hasta que me quedé con unas 70.000.

Los antes a 2.000 y las ciegas a 10.000/20.000 formaban un bote de 36.000, la mitad de mi stack. En el button me viene limpia y no me lo pienso, estuve por ni mirarlas, pero vi una foto del pato Donald, otra carta y mi pila acaba en el centro. La ciega pequeña llevaba JJ y no se lo pensó mucho. A la calle en octavo lugar con mi 35 y risa general.

En resumen, un fin de semana de ensueño, salvo por el clima. Ya tengo billete de avión para febrero y plaza reservada en el torneo ¡Acojónate, que vuelve el Perico! Sólo falta un pequeño detalle: decí­rselo a la parienta.

En el apartado de agradecimientos no sé por donde empezar. Bueno, para acortar, muchas gracias a todos los citados en el artí­culo, a Manolo y su equipo de crupiers, al personal de barra y al resto del Casino, que me buscaron Coca cola light especial para mi. Resaltar a JC Barros por que es mi jefe, tengo que hacerle la pelota, y por bancarme. Todaví­a no lo entiendo, pero al final no le salió mal la inversión. Lo bueno es que el tí­o repite y me dijo el viernes, antes de empezar, que siempre que fuera estarí­a bancado.