Hasta ahora os estamos ofreciendo crónicas diarias de cuanto sucede en las WSOP. A partir de hoy, vamos a intentar publicar también noticias con cosas curiosas que suceden durante la celebración de las Series Mundiales.
Esta primera historia que os contamos parece sacada de un cuento, pero es real.
írase una vez un señor de 73 años, llamado Peter «Mick» Mullin, que decidió ahorrar dinero para viajar a Las Vegas a jugar el Event #32: $1,000 Seniors No-Limit Hold’em Championship de las WSOP.
Mullin se registró en el evento. Pasó el Día 1. Sobrevivió, a duras penas al Día 2. Y se plantó corto de fichas en el Día 3.
En todo ese tiempo de juego debió disfrutar mucho, pero lo mejor estaba por llegar, ya que al final del citado Día 3, muchos de los que vieron jugar a Mullin piensan que es uno de los tipos con más suerte de cuantos han pisado el Rio.
Bautizado por sus compañeros de mesa como «Miracle Man«, este militar retirado de la Marina de los EE. UU. ganó más de 25 all-ins seguidos durante el Día 3 del Seniors Championship.
Mullin empezó la jornada con apenas 4bb y estuvo prácticamente todo el tiempo rodeado de big stacks. Pese a su tremenda serie de all-ins ganados de forma consecutiva, no pudo remar lo suficiente para pillar el oxígeno necesario para estar un rato tranquilo. La subida de niveles y la selección de situaciones le llevaron a tener, en los mejores momentos, un stack de unas 10bb.
Mullin consiguió pasar al Día 4 de una forma agónica. Le quedaba menos de 1bb y decidió restarse en la última mano de la sesión, desde el UTG. Le pagaron el botón y las dos ciegas. Como no podía ser de otra manera, el Diamondhead (Mississippi) ganó el último all-in de la serie y se cuadruplicó. El final del día no podía ser de otra manera.
Mullin consiguió pasar la tercera criba con el stack más corto de los supervivientes: 480.000 puntos (3bb). Tras empaquetar sus fichas, se levantó de su asiento con una palabra en la boca: «Increíble«.
El militar comentó que había dejado de contar los all-ins consecutivos ganados al llegar a 25. «Creo que deben ser unos 30. Como mínimo 25 o 26«, declaró entre risas.
Los all-ins fueron de todos los colores. Muchos de ellos están documentados en el live report de PokerNews.
Eufórico, comentó: «No lo puedo explicar. Nunca había tenido tanta suerte. Es increíble. Me daban las cartas correctas en los momentos adecuados«.
La racha de all-ins ganados fue tan llamativa que no solo hizo reír a sus compañeros de mesa, sino que atrajo a jugadores de las mesas adyacentes, que se levantaban a ver los all-ins en que Mullin estaba implicado y a pedir sus cartas.
Peter Mullin volvió a la acción el Día 4, junto a otros 18 jugadores, de los 5.916 que empezaron el torneo. Su buena suerte se esfumó pronto, ya que el militar cayó en el puesto 18.º, cobrando 28.772$. Aun así, Mullin vivió en el Rio una de las mejores experiencias de su vida.
