Bien conocida es la afición de los jugadores de basket por el poker y la de los deportistas en general por las cartas.

Sin ir más lejos, esta web, Poker10.com, tuvo su origen en las timbas basketballeras. Juan C. Barros, nuestra alma máter, aprendió a jugar al Texas Hold’em Poker de Mike Schlegel (d. e. p.), allá por el año 1989, mientras jugaba en el BBV Villalba. Las cartas amenizaban sus largos desplazamientos en autobús, entre partido y partido.

El poker siempre ha sido uno de los pasatiempos favoritos de los jugadores de la NBA. En 2006, el polémico Gilbert Arenas jugaba al poker online con su portátil en los descansos de los partidos de sus Washington Wizards, lo que generó gran malestar en el club capitalino.

Y en 2011, los Memphis Grizzlies de Marc Gasol tuvieron que prohibir a sus jugadores que jugaran al poker en sus desplazamientos, después de una buena trifulca que enfrentó a OJ Mayo y Tony Allen, por una deuda de juego.

De todas formas, estos malos rollos son la excepción, ya que el poker generalmente une mucho a los jugadores de basket. Un ejemplo de este papel cohesionador lo encontramos en los actuales Houston Rockets. Uno de sus principales jugadores, Chandler Parsons, acaba de afirmar en una entrevista concedida a un medio estadounidense, que diversos jugadores de la plantilla del equipo tejano hacen más entretenidos los viajes en avión jugando al Texas Hold’em Poker.

Parsons comparte mesa -y dice que la domina- con compañeros como Jeremy Lin, el israelí­ Omri Casspi, el assistant coach J. B. Bickerstaff y el guardaspaldas de Dwight Howard -que en su opinión, es el fish-.

Las timbas empiezan en NL100, aunque acaban en NL1000. Además, al perder una caja (y parece que se juegan el dinero fresquito, fresquito), suelen recargar y lo hacen varias veces, ya que los viajes son largos.

En España, nuestros deportistas son más tradicionales. No me veo a los integrantes de la Roja futbolera jugando al Texas y abandonando sus partiditas de Pocha.