A nadie se le escapa que últimamente es una práctica muy utilizada por la mayoría de los jugadores, incluidos las mayores estrellas del momento, el hecho de acceder a ser bancados, parcial o totalmente. Esto quiere decir que una persona cede cierta cantidad de dinero a un jugador a cambio de un porcentaje del resultado que alcance en un torneo o series de torneos. Esto ha llamado la atención de un gran número de inversores, incluso de algunos que no están íntimamente relacionados, que ven en ciertos jugadores una posibilidad de ganar dinero gracias a su calidad.
Un ejemplo claro de este tipo de bancajes lo podemos ver es uno de nuestros jugones, Adrián ‘Amadi_17’ Mateos, quien participó el pasado mes en el Super High Roller de 100.000€ celebrado en Montecarlo con motivo de la Grand Final del EPT gracias a un inversor que confío en sus capacidades apoyando económicamente al madrileño.
Un acuerdo similar fue el que aceptó Lee Childs, un jugador profesional estadounidense con más de dos millones de dólares de ganancias en torneos en vivo a lo largo de su carrera. Childs llegó a un acuerdo con un inversor privado que le daría cierta cantidad de dinero para jugar una serie de torneos marcados en un calendario a lo largo de seis meses. Ese calendario y el hecho de que Lee debería jugar siempre su mejor poker eran las únicas claúsulas. (Desde aquí creemos que el inversor podría tener mucho dinero pero de poker entendía poco, porque pensar que alguien puede jugar su mejor poker durante seis meses seguidos es simplemente ridículo).
El periplo de torneos comenzó y los resultados no fueron los esperados. Y así, tras la disputa de un evento de las WSOP® 2012 (que contaba con un suculento premio), el inversor decidió rescindir unilateralmente el acuerdo al que ambos hombres habían llegado, reclamándole a Lee Childs 40.000$, argumentando que en ciertas ocasiones no había cumplido las claúsulas a las que habían llegado. Evidentemente el jugador se negó, por lo que el ‘hombre del dinero’ decidió denunciarlo en el Tribunal Superior de New Jersey.
Un jurado popular formado por seis personas escuchó las alegaciones de ambas partes, sobre todo a David Zeitlin, abogado del jugador, quien se mostró terriblemente firme a la hora de explicar que su cliente no había violado ninguna de sus obligaciones ‘contractuales’, por lo que no había ninguna razón por la que tuviese que desembolsar esa cantidad de dinero. Además, Zeitlin hizo hincapié en otro aspecto, el hecho de que bajo su opinión esta demanda violaba una regla tácita por la que los problemas surgidos de este tipo de acuerdos deben resolverse ‘en casa’ y no trasladarse hasta un juzgado.
Por su parte, la acusación centró parte de su exposición en el hecho de que Childs apareciese jugando alguno de esos torneos acompañado por un cervezas, situación que el propio jugador reconoció como cierta. Aunque está claro que el jugador no pudo desarrollar su mejor poker a la par que se bebía esas ‘birras’, esto no fue considerado por el jurado como una infracción que debiese pagarse con algo material, aunque sí se puntualizó que con esta actitud el jugador concurrió en una falta en la ejecución oportuna de sus tareas administrativas.
Finalmente el jurado declaró que Lee Childs estaba completamente exento de pagar los 40.000$ que su bancador le reclamaba.
A buen seguro que esta demanda marcará un antes y un después a la hora de sellar los acuerdos entre bancadores y bancados. Veremos hasta donde llega.