Mientras Las Vegas suma y sigue, proponiéndose batir récords, Atlantic City lucha por subsitir en medio de una crisis que azota considerablemente al juego en Nueva Jersey.

La ley que recientemente se ha aprobado en Pennsylvania, uno de los estados vecinos, hace que sus habitantes no tengan que viajar a «Las Vegas del este» para saciar sus necesidades. Por si fuera poco, Caesars Entertainment, la empresa que gestiona el Caesars Place de Las Vegas, está planeando la construcción de un hotel casino en Boston y pretende hacer una inversión de mil millones de dólares, casi nada.

A diferencia de Las Vegas, los 12 casinos que podemos encontrar en Atlantic City nunca se habí­an preocupado por reinventarse e invertir en otros tipos de entretenimiento. Sin embargo, ya se sabe que cuando la crisis aprieta, no deja alternativa y el Trump Taj Mahal ha dado el primer paso: abrirá un «club nocturno» el próximo mes, convirtiéndose en el primer casino de Nueva Jersey que mezcla juego y striptease.

Otros casinos están llevando a cabo estrategias similares. En el caso del Revel, adopta semanalmente el espectáculo burlesque del Royal Jelly, cuyas bailarinas podéis ver en la foto. El Borgata y el Tropicana también están organizando espectáculos que veneran la belleza femenina, bautizándolos con el eufemismo de «noches temáticas».

Esta situación también ha propiciado algunas aberraciones, como el despido de 22 camareras que, según la organización del Borgata, acusaban sobrepeso. Curiosamente, en su contrato se especificaba que no podí­a exceder el 7% de grasa corporal.

Sea como fuere, esperamos que Atlantic City vuelva a albergar el mejor juego de la costa este y, con él, el poker ocupe de nuevo su lugar.