A estas alturas es ya un automatismo. Jason Mercier se registra en un torneo de 10.000$, normalmente tarde. Muy tarde. Al día siguiente ya está en premios y con fichas para pelear por un nuevo brazalete. Irremediablemente, salta a la mente la imagen de Vaneesa Selbst.
Es curioso que una de las rachas más calientes de los últimos años en las WSOP esté tan ligada a algo tan mundano como es la prop bet que más ha dado que hablar en el mundillo. De manera casi indisoluble.
La historia, puesta en papel en un trazo muy grueso, se resume en que Mercier, sabiendo que Vanessa había apostado 2.000.000$ contra 10.000$ a que Dzmtry Urbanovich no era capaz de ganar tres brazaletes, consiguió sacarle a la norteamericana una apuesta similar con él como protagonista.
No habían pasado ni tres semanas de festival y la Selbst ya estaba como loca por desvincularse de la apuesta. Tanto, que cuando Mercier le rechazó la oferta de aceptar 100.000$ por dejar las cosas como estaban, Vanessa saltó a las redes sociales para embadurnarlo todo bien de mostaza y ketchup. Salseo fino.
Que si estaba borracha, casi inconsciente. Que como ibas a estar tan borracha si fue después de la comida de PokerStars. Que si me has decepcionado por no permitirme salirme de la apuesta, no eres nada caballeroso, que si nos ponemos tontos en un juicio ni suquiera me harían pagar… Sonrojante. Quedó todo tan emborronado que mucha gente no tiene claro aún en qué quedó todo. Pero para eso estamos aquí, para explicarlo al detalle.
¿Sigue la apuesta en pie? Claro, de eso nunca hubo duda, porque Mercier tiene la última palabra. ¿Sigue Vanessa en peligro de perder 1.800.000$? No, pero va a perder seguro un mínimo de 100.000$, haga lo que haga Mercier. ¿Ah, sí?¿Y cómo es eso?
Pues muy fácil. Vanessa, cuando vio rechazada su oferta de cancelación mediante indemnización, se puso de inmediato a buscar nuevas apuestas, pero esta vez a favor de Mercier. Y eso que Jason perdió su segundo heads-up en las WSOP 2016 y aún necesitaba dos brazaletes más para ganar la apuesta.
Congrats @JasonMercier. Fun sweat. If anyone wants to lay me a price that he won’t win 2 more (I bet he WILL), accepting offers 🙂
— Vanessa Selbst (@VanessaSelbst) 14 de junio de 2016
Los miedos de Vanessa, como ya sabes, se han visto confirmados y Mercier ya tiene dos pulseras aseguradas y, día sí, día también, está metido en el ajo para ganar la tercera. Pero para la Selbst, el daño ya está hecho.
@done_with_fish I hedged some of action w various ppl so we all share the risk. Paid almost 100k to do that. Still lose some if he wins 3
— Vanessa Selbst (@VanessaSelbst) 18 de junio de 2016
Así es. La Selbst ha invertido los 100.000$ que rechazó Mercier en cubrirse las espaldas. Los rumores dicen que se ha hecho cargo de buena parte del riesgo el famoso Banco de Timex, el canadiense Mike McDonald, todo un experto en sacar rendimiento en situaciones de riesgo, bancajes de jugadores e inversiones pokerísticas en general.
Si Jason Mercier tiene un buen arranque de día 3 en el Championship de Omaha 8, la preocupación de la Selbst no será ya tan grande como la que le asaltó en el día 3 del evento de Razz. Seguirá con atención su actuació, porque sigue corriendo con una pequeña parte de la apuesta que le puede significar tener que poner seis cifras más, pero la pérdida ya es irremediable.
Lo mejor que le podía pasar a Vanessa es que Mercier llegara a la mesa final y perdiera el heads-up. Como ella misma decía en Twitter, lo de Jason es alucinante: que dure mucho en un torneo es todo un éxito para ella, porque así no tiene tiempo de registrarse en otro.
¿Lo peor? Que de aquí al fin de semana Urbanovich gane dos brazaletes. Entonces sí que explotaría el Rio, los foros, nuestra portada y, probablemente, Twitter. Y no queremos que pase eso, ¿no?