Llevamos varios meses diciendo que la regulación en Portugal es inminente y cada vez está más cerca.
El Primer Ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, ha asegurado recientemente que la regulación del juego online entrará en vigor en los próximos meses de 2014.
El país vecino lleva más de dos años con el proyecto de la legalización entre manos, pero distintos problemas políticos han retrasado su implantación.
No obstante, parece que ahora las circunstancias obligan más que nunca, ya que el Estado portugués necesita nuevos ingresos para reducir su deuda pública y mejorar su balance económico anual, con el fin de ajustarse a los objetivos marcados por la «troika» compuesta por el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo, que supervisan la economía lusa y las acciones de los gobernantes desde el rescate financiero del país.
Aunque el ejecutivo luso siempre ha considerado obligatoria e imprescindible la regulación del juego online, por sus alicientes fiscales, hasta el momento, había topado con el partido la oposición. No obstante, los socialistas portugueses ya han dado su brazo a torcer y previendo la inminencia de la regulación, han solicitado que el tema sea objeto de debate político, dada su gran trascendencia.
Una de las «patatas calientes», que enfrenta a ambos partidos, es el rol que tendrá en el nuevo mercado regulado la entidad que actualmente es la responsable del juego, la Santa Casa de Misericordia de Lisboa (SCML).
Este organismo es bastante peculiar. Fue fundado en 1498 para ocuparse del cuidado de enfermos y discapacitados, y mantiene su carácter asistencial, ya que destina a acciones benéficas el 27,8% de los ingresos que obtiene. En la actualidad, tiene el monopolio del juego y gestiona una oferta lúdica compuesta por distintos tipos de lotería.
El ejecutivo pretende que la SCML siga como entidad reguladora tras la legalización. No obstante, la oposición considera que un nuevo organismo regulador, libre de la citada línea benéfica, podría asumir mejor las responsabilidades propias del proceso regulatorio y conseguir un mayor volumen de ingresos fiscales.
El Primer Ministro está entre la espada y la pared, bajo la presión de la Comisión Europea. Ha propuesto diversas medidas para incrementar los impuestos y reducir el gasto público, pero muchas de ellas han sido desestimadas por la Corte Suprema de Justicia portuguesa, por considerarlas anticonstitucionales. En esta situación, la regulación del juego es una de las formas más sencillas que tiene para obtener nuevos ingresos.
Como vemos, la legalización del juego se acerca en Portugal. La medida afectará de lleno a muchos de nuestros exiliados, que están viviendo en el país vecino y que, antes o después, habrán de buscar un nuevo país al que emigrar para poder continuar sus carreras como jugadores profesionales de poker online.