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Las reacciones del mundo del poker a la victoria de Donald Trump

Siempre intentamos ser profesionales, y en nuestras redes sociales seguimos a no pocos representantes del poker estadounidense.

En estos últimos meses, hemos tenido que apretar mucho los dientes para no bloquear a una buena cantidad de ellos, inmersos en esa especie de guerra civil en la que Donald Trump y Hillary Clinton han embarcado a todo el paí­s, en una campaña electoral más digna de un reality que de una candidatura presidencial.

Ahora que se ha hecho oficial la sorprendente victoria de Donald Trump, con el respaldo de una victoria republicana en todos los órganos del poder ejecutivo, legislativo y judicial, unos y otros han ofrecido sus conclusiones a sus seguidores.

La paranoia generada por las amenazas de Trump hacen que los seguidores de Clinton tomen dos posturas diferenciadas. Unos tiran de dramatismo y otros abogan por la acción, para minimizar el impacto de un gobierno republicano sin oposición en los próximos cuatro años.

Negreanu, de los más activos en campaña, y probablemente de los que más han emborronado nuestro timeline, se acordó de los jóvenes que no fueron a votar con la excusa de que no se sentí­an representados por ninguno de los candidatos.

Mucho se ha especulado sobre la victoria de Trump. Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos no existe un partido que represente los ideales de la izquierda. Bernie Sanders, el candidato derrotado por Hillary en las primarias, es lo más cercano a un socialista que se ha visto por allí­, y los demócratas prefierieron presentar a una mujer incluso con la misoginia que se respira en su paí­s.

Por tanto, Trump era el candidato más antisistema, al estilo de los populismos de derechas en Europa, tipo Marine Le Pen. Ha denunciado la corrupción en las cámaras, propone recortar el mandato casi vitalicio de algunos senadores y modificar seriamente la fórmula de los lobbys, los grupos de presión que pagan por promover leyes.

Esta diatriba polí­tica, que en teorí­a tiene poca cabida en una web sobre poker, viene al caso porque, en realidad, a la hora de analizar la influencia de la victoria del partido republicano en la industria del juego online, el futuro con Trump igual no es tan negro como lo pintarí­a cualquier otro candidato.

Trump declaró a Forbes en 2011 que la lógica dicta que el juego online acabarí­a por ser legalizado en Estados Unidos, como lo estaba siendo en el resto del mundo. «Estados Unidos siempre llega tarde», dijo.

Que no te sorprendan estas palabras. El nuevo presidente estadounidense tení­a una empresa llamada Trump Entertainment hasta 2014 que poseí­a una licencia de juego online en Nueva Jersey. Era una asociación con Ultimate Poker, la ahora desaparecida sala online, que se formó para entrar en el mercado del segundo estado que aprobó el juego online en Estados Unidos.

Trump estuvo en el negocio de los Casinos desde los 80, y siempre presume de la cantidad de dinero que le dieron. En realidad, muchos discuten la procedencia de sus beneficios, pues los casinos nunca dieron ganancias, y lo que cobraba Trump por poner su nombre al Trump Taj Mahal o al Trump Plaza y por los cargos que él mismo se otorgaba en las gestoras no salí­an de las arcas de la compañí­a sino que se sumaban a la enorme deuda que desembocó en cuatro bancarrotas distintas.

Esta discutible trayectoria en el sector, que probablemente sea la razón para que su hotel en Las Vegas no tenga licencia de juego, le ha enfrentado a Sheldon Adelson. Es tradición que el millonario propietario del Sands aporte una importante cantidad para la campaña presidencial una vez se resuelven las primarias republicanas. Normalmente dona 100 millones de dólares, pero esta vez solo ha puesto 25, y eso después de reconsiderar su intención inicial de donar solo cinco. La razón para el recorte era simplemente que el candidato era Trump, en vez de cualquier otro.

Con el control del Congreso sobre las polí­ticas a desarrollar, es complicado que Trump cuele una iniciativa propia y personal a favor del poker online en Estados Unidos. Tampoco significa la imposibilidad práctica de que Adelson intente imponer la suya, pero con cualquier otro presidente, incluida Hillary Clinton, las opciones para un avance en la legalización del poker online serí­an, casi seguro, aún menores.

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