Rafa Nadal es uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, pero el tenis no es su única pasión. En junio de 2012, poco después de ganar su 7.º Roland Garros, firmó un acuerdo con PokerStars para unirse al Team SportStars.
Otros deportistas como Boris Becker, actualmente jugando el Día 3 del EPT de Berlín, Fatima Moreira de Melo o más recientemente Ronaldo Nazario de Lima también forman parte del equipo. La diferencia entre ellos y Nadal es que el de Manacor no está retirado.
Sin embargo, poco después de firmar por la sala de la pica roja sufrió una lesión que le tuvo apartado de las pistas durante siete largo meses. El parón fue duro, pero Nadal consiguió llevarlo mejor de lo esperado gracias al golf y al poker.
«Esas fueron las únicas dos cosas en las que podía competir durante esos meses, el golf y el poker. Soy una persona bastante competitiva, me gusta el deporte y durante todo ese tiempo no pude practicar deportes que exigiesen mucho movimiento», dijo Nadal durante el pasado Masters de Montecarlo.
«Aprendí a jugar al poker. Al principio no entendía mucho el juego, pero ahora que lo entiendo, veo que es divertido y competitivo. Hace falta tener mucho control sobre uno mismo y medir los tiempos para saber cuándo atacar y cuándo defender».
Una vez superadas las lesiones, Nadal volvió a la senda del triunfo en Acapulco y llegó a la final en el Masters de Montecarlo. La perdió contra Novak Djokovic por 6-2 y 7-6, pero lo importante es que vuelve a estar en acción y pletórico de moral.
El poker fue de gran ayuda durante su convalecencia y mantuvo intacto su espíritu competitivo. Ahora que ya sabe lo que se siente en las mesas, es muy posible que cuando las piernas ya no le respondan canalice todas sus energías en las cartas. Cuando algo te ayuda a pasar una mala racha acabas cogiéndole cariño y el romance de Nadal con el poker tiene pinta de que va a durar mucho tiempo.