Para los que no están dentro del mundillo no saben verdaderamente cómo es la vida de un profesional del poker. Se la imaginan así, tal y como os narraremos a continuación, aunque estos son los lujos que de vez en cuando gozan. No es su vida habitual.
Y es que nada más lejos de la realidad, los que escribimos y os contamos de ellos sabemos las penurias que algunos arrastran, los espectaculares altibajos en su propia banca y las malas decisiones que suponen a determinados jugadores enormes sumas de dinero que nunca consiguen recuperar.
Pero hoy nos aislaremos de las malas sensaciones y queremos hablaros de las fiestas VIP de los pros. De esas que muchos queremos vivir y que todavía (esperemos que todavía) no están a nuestro alcance.
Sandra Naujoks no se pierde una. Michael Keiner tampoco.
El pasado sábado, 24 de agosto, se celebró una de las grandes en Berlín. Espectáculos de altura, como esa mujer que ilustra la noticia y se atreve a incendiar un Hula Hoop y jugar con él como si no hubiese mañana; ingentes cantidades de comida y bebida para que no falte alegría al cuerpo; juegos de todo tipo para que no haya momento sin diversión y muchos, muchos rostros conocidos. Las cámaras disparan sus flashes sin parar, los periodistas preparan sus preguntas y los pros empiezan a ponerle cara a todos esos diferentes nicks a los que se enfrentan a diario. Hay poco momento para la relajación.
También toca ‘ordeñar’ la bebida.
Eso durante el día. ¿Y por la noche?
Fiesta VIP en el Adagio
Por la noche más flashes, aunque estos no son de los fotógrafos si no de las luces de la discoteca. En Berlín, la organización de PokerStars eligió el Adagio, donde esos pros podrán disfrutar de los reservados VIP, las mejores marcas de bebida (cata de whisky incluída) y del glamour que aportan las bellísimas mujeres que no se pierden estas citas.
Aunque ojo, no nos engañemos, los pros se pasan más tiempo frente al ordenador o tocando fichas delante de una mesa que en estas fiestas. Pero si las hay… no pueden perdérsela. Yo tampoco lo haría.