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¿Qué nos aporta el poker online? por Rubén ‘Boltrok’

Interesantí­simo artí­culo, publicado en su blog Boltrok on Holdem, que Rubén ‘Boltrok’ nos ha cedido amablamente y en el que se cuestionan los problemas psico-sociales que se pueden derivar del póquer online. Un texto que se presta al debate y esperamos que se produzca. Allá va.

¿Qué nos aporta el poker online?

Un conocido artí­culo de David Sklansky y Alan N. Schoonmaker, dos conocidí­simos autores dentro del panorama del poker mundial, reflejaba las bondades del poker en múltiples facetas (nuestro compañero Vedast tradujo este artí­culo de manera sensacional en su blog personal). El artí­culo se refiere más bien al poker en vivo ya que en el online es imposible obtener muchos de los beneficios que cita el artí­culo.

Yo, a pesar de ser jugador de poker online, hace tiempo que me planteo las bondades del poker online sobre todo a nivel social y psicológico. Son cada vez más numerosas las historias de gente que abandona sus estudios por el poker enfrentándose a sus padres y por supuesto a una sociedad (la española, al menos) que no admite esta conducta.

¿Es inmadura la sociedad o soy inmaduro yo?

En el 90% de las historias personales veo unos sí­ntomas de inmadurez alarmante e incluso de adicción y ludopatí­a. Adicción al dinero fácil y problemas derivados del juego. Y es que para ser un ludópata no hace falta perder dinero con el juego, creo que el poker incorpora un nuevo tipo de ludópata: el ludópata ganador.

En tiempos donde se ha luchado muy duro para tener un mayor tiempo de ocio parece un tanto «dudoso» pasarse, sólo, 10-14h frente a una pantalla de ordenador, desatendiendo (se desatienden seguro porque no hay tiempo material) otras facetas de la vida del jugador que, por el mero hecho de no dar dinero, pasan a un segundo plano inmediatamente.

El ser humano es codicioso por naturaleza por lo que no es difí­cil entrar en una espiral de «cuanto más juego más gano» y «cuanto más tengo más quiero». Eso nos hace volcarnos más y más horas frente al ordenador convirtiéndonos en el mejor de los casos en unos freakies del copón.

La sociedad se comporta de manera natural, rehuye lo extraño, lo novedoso, lo rechaza por miedo y desconocimiento.

Yo no puedo cambiar la sociedad (o al menos es jodidamente difí­cil, mi querido Malcom X) pero si puedo cambiarme a mi mismo o al menos puedo cambiar la manera de ver las cosas.

¿Esto puede ir a peor?

En realidad pienso que aún yendo las cosas bien (buenos resultados y ganancias) hay que estar vigilantes y mantener una cierta cordura.

EN MI OPINION PERSONAL, el poker es algo muy endeble, vací­o y carente de sentido como para convertirse en el eje de la vida de nadie. Si lo haces, tenemos dos posibilidades:

a) Tienes una personalidad tan acojonántemente arrolladora que todo da igual. Muy poco probable. Tienes unas odds de 112:1 aproximadamente.

b) Tu elección puede derivar en que tengas fuertes problemas de conducta, inadaptación social y en el polo extremo comportamiento depresivo.

¿Por qué es esto así­?

EN MI OPINION PERSONAL, vivimos en una sociedad brutalmente individual. Valores tradicionales como Dios, la familia o la tierra se han diluido (gracias tanto a librepensadores de tres al cuarto como a sus rancios defensores que «han estado toda la noche trabajando en ello»). En esta sociedad donde el YO aparece desnudo frente a las circunstancias de la vida, es donde somos más vulnerables ante sucesos inesperados y/o negativos, etc. Como no tenemos donde apoyarnos tendemos a considerar injusto cualquier suceso grave que nos ocurre (por ende hemos perdido cualquier tipo de medida sobre lo que es grave y lo que no lo es ya que todo es subjetivo y personal). Y el poker es una actividad terriblemente frustrante en la que «a todo cerdo le toca su San Martí­n». Y si no estamos preparados para ello esto producirá frustración y al repetirse los sucesos de este tipo (malas rachas, etc.) se producirá desesperanza y finalmente corremos grave riesgo de deprimirnos ya que hemos perdido la esperanza y consideramos que hagamos lo que hagamos lo malo nos volverá a visitar irremediablemente.

¿Está todo perdido?

Ni mucho menos. Este artí­culo no pretende asustar a nadie, simplemente advierte del peligro potencial de olvidarnos de lo importante y de convertir lo accesorio en el eje de nuestra vida, de convertir en dioses a í­dolos de barro. Desdramaticemos un poco. Además, te propongo una prueba en clave de humor, contesta SI/NO a las siguientes tres preguntas:

1) Juego 15h al dí­a y me he comprado un coche de 120.000€. Lo he usado dos veces el ultimo año, bueno, en realidad lo usaron mi mujer y mi hijo cuando se largaron de casa. Eso si, la compañí­a de seguros me ha mandado una cesta de navidad que aún no he tenido tiempo de abrir y no se por qué.

2) Con lo que gane en Poker quiero comprarme una isla, la llenaré de modelos jovencitas y cuando me traigan el petrolero lleno de vaselina que me han dado con FPP no va a volver ninguna sentada en el vuelo de vuelta.

3) No sé por qué los Red Bull me hacen más regalos que Pokerstars. Mis ojos cada dí­a se parecen más a los de Marujita, y empiezan a salirme más ticks nerviosos que a Forrest Gump. Ha venido a visitarme Juan Valdés mientras jugaba mi última sesión.

Si has contestado Sí a cualquiera de las tres preguntas, baja de nivel y aprovecha parte de tu bankroll en un buen tratamiento.

Si no, DE MOMENTO está a salvo.

Rubén ‘Boltrok’ | Boltrok on Holdem

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