Imagínatelo. Estás jugando tan tranquilo al poker en un casino, le ganas una mano al «musculitos» de enfrente y este se levanta todo mosqueado y te revienta… Uf, qué acongojo…
Esto es lo que debió sentir Michael Frisby, el afectado por el tilt del jugador de rugby Neilus Keogh cuando la noche del 5 de abril de 2012 sufrió su ataque tras ganarle una mano de cash.
Ambos estaban jugando en The Sportium Emporium Casino de Dulín. Tras palmar el bote, Keogh se levantó, se acercó a Frisby, le pegó un puñetazo a lo Tyson y le tiró una silla.
Evidentemente, Keogh acabó la noche entre rejas y Frisby, en el hospital. El fortachón le rompió 3 huesos de la cara y le causó daños en los nervios de la boca; y ahora, Frisby lleva dos placas de metal en el rostro.
Dos años después del incidente ha salido el juicio y Keogh ha sido declarado culpable. Le ha de pagar a Frisby 10.000€ por daños y perjuicios. De nada ha servido que el abogado del 2.ª línea haya declarado que su defendido está en tratamiento psicológico para evitar los accesos de ira y que desde la pelea bebe mucho menos alcohol.
Keogh ha pagado caro su comportamiento, ya que aparte de la multa, ha perdido un contrato profesional que había firmado con Nottingham Rugby Football Club, por el que iba a cobrar 1.700 libras al mes. El equipo puso una cláusula de rescisión para poder cortar al jugador en el caso de que fuese declarado culpable e hizo uso de ella.
En la actualidad, Keogh trabaja como albañil y juega al rugby como amateur en el London Irish.