Año tras año, aficionados al poker de todo el mundo hacen planes para visitar las World Series of Poker y vivir una experiencia inigualable, con el añadido extra de la posibilidad de ganar un premio gigantesco.
Son miles de personas las que guardan unos días de vacaciones y escogen con antelación el torneo que les puede cambiar la vida. Se requiere un buy-in razonable y un field bien nutrido, que engorde la bolsa y te haga sentir parte de algo especial. Este año había un buen catálogo donde elegir: El Colussus II, el Millionaire Maker, el Monster Stack, el Summer Solstice, el Crazy Eights, los de 1.000$ del finde, un satélite al Main Event…
Lisa Meredith y su marido, Dustin, le han contado a Pocketfives que ellos cumplieron punto por punto con este rito, pero en realidad el torneo en el que se habían fijado era el Monster Stack. Llámalo un golpe del destino, pero en esas fechas sus suegros no se podían quedar al cargo de sus dos hijos y tuvieron que buscarse una alternativa, el evento #14 1.500$ Millionaire Maker, en el que Lisa acabó tercera con un premio de 500.000$.
La entrevista es una maravilla. Lisa se sentó con nuestros compañeros al final del día 3 para hablar de todos los tópicos de la situación: de sus éxitos en los torneos de su barrio, -que le han convencido de que el poker puede ser su profesión soñada-, de las supersticiones a la hora de jugar contra los pros más experimentados, de los sueños a cumplir si le tocaba el gordo… Lo leerás sabiendo que hubo final feliz, y se te pondrá una sonrisa en la cara, te lo aseguro.
Lisa y el poker
Jugamos todo el rato, como una vez a la semana, en un sitio pequeño que se llama Claudia’s , en Portland. Es un bar pequeño, con siete mesas. Tienen un torneo diario y una vez al mes organizan uno más grande. He ganado los últimos tres.
El Millionaire Maker
Es increíble. He intentado ser lo más conservadora que he podido, pero sin dejar escapar las oportunidades que se presentan, y así es como he conseguido llegar tan lejos. En estas últimas mesas ha fluctuado más, ha sido una montaña rusa, más que el resto del torneo. He tenido que hacer más movimientos que los que suelo hacer.
Mi marido ha intentado enseñarme quiénes eran los pros la pasada noche pero no le he hecho caso, a propósito, porque no quiero sentir que debo jugar de manera diferente con un jugador que con otro. Por supuesto, hay alguno al que reconozco, definitivamente, pero si otros están fuera de mi radar prefiero que sigan así.
Creo que me merezco estar aquí con el resto de los clasificados. Sé que no tengo tanta experiencia, pero tengo una gran intuición que me ha funcionado muy bien. Con más experiencia, seré cada vez mejor.
Esto es lo más divertido que he hecho. Es mi pasión. Echaba de menos el elemento competitivo -Lisa era gimnasta a nivel de competición- y esto me lo ha vuelto a traer. Está siendo una pasada.
El premio
Volver al trabajo depende de lo bien que me vaya aquí -ha dejado de trabajar temporalmente en la guardería gracias a un permiso por maternidad-. Prefiero con mucho ser jugadora profesional de poker, y quedarme en casa con mis dos niños. Ese sería mi sueño.
Primero pagaría lo que me queda de mi hipoteca. Quiero ser conservadora. Seré muy lista con el dinero. No seré como esos atletas que se lo gastan de un plumazo. Soy lista y lo voy a usar con prudencia.
Con tanto pro online que se pasa al vivo y tanto gambler experimentado que ve mucho beneficio en jugar este tipo de torneos que se han hecho tan populares en los últimos años en las WSOP, cada vez es más complicado que se cumpla el sueño de uno de estos jugadores de fin de semana, de timba casera. No está mal que de vez en cuando el poker nos recuerde que su mayor atractivo es que cualquiera puede aspirar a rozar la gloria. Que lo disfrute usted con salud, buena mujer.
