Mientras esperaba a su novio, una morena, amiga mía, me confesó que éste se lo hacía demasiado rápido y a ella no le daba tiempo . . .
Ehhh, tranquilas/os, no voy a dar ninguna clase sexual. Ya os estaba imaginando con los ojos como platos :_)
Este es el inicio de un secreto que descubrí hace más de 20 años.
Probablemente no le resolví el problema, pero lo que ocurrió después me ayudó a identificar una determinada característica en el modo de actuar de las personas.
Ocurrió mientras tomábamos una cerveza en un pub, sí, entonces ya había pubs. Ahora les llamáis garitos :_).
La barra del pub era larga y en forma de L, estaba iluminada por lámparas que colgaban a media altura, dándole un aire retro. Al fondo la zona se iba oscureciendo, había una pequeña pista de baile y lo que llamábamos reservados, que eran para darse besitos. También había una pequeña bolera y una maquinita matapatos. Por último una diana de dardos, manual claro, aún no se habían inventado las automáticas. Lástima que no hubiera póquer.
El novio de mi amiga, también amigo mío, llegó poco después, pidió un café, y se puso a hablar justificando su retraso. En aquella época, aunque la leyenda dice lo contrario, éramos nosotros quiénes llegábamos tarde, sí sí, nosotros.
Mientras él se dedicaba al blablabla, que yo ya conocía y que en ocasiones pactábamos, mi mirada se dirigió casualmente hacia su taza de café. Observé como echaba el azúcar le daba un voltio y se lo zampaba rápidamente.
Entonces comparé con la forma en que yo lo tomaba, cuchareando previamente con el líquido, despacio, despacio . . .
Dejándolo reposar después, y de nuevo cogiendo la cucharita y otro par de meneítos. Sorbiéndolo poco a poco, en varios movimientos, evitando siempre que me quemara en la boca. Y terminándolo en el momento justo y preciso.
Nada que ver con lo que había visto que hacía mi amigo. De un golpe y ardiendo.
En algún momento lo comenté con ella y me confirmó que siempre lo tomaba igual.
Pasaron meses, y en un guateque, sííííí, entonces se llamaba así, ahora es ¿fiestorra?, una amiga, para nada fea, se quejaba de que no se enteraba cuando su novio le hacía el amor. Se abrió el debate de opiniones, y con el novio delante :_). Para que veáis que las mujeres de entonces ya estaban valientes.
Los guateques solían ser en un chalet. Si hacía buen tiempo poníamos el tocadiscos fuera, jodiendo a los vecinos. Me pregunto por qué se llamaba tocadiscos cuando podría llamarse suenadiscos o audiodiscos, ¿no?, y puestos a tocar sería tocamúsica.
La barra era libre y no había garrafón. Los que ligaban buscaban en el interior algún sofá, y los demás lo de siempre, bailar, beber, fumar y hacer el paseíllo. De vez en cuando alguna armaba el pollo y se liaba una como ésta.
Las reivindicaciones de mi amiga eran por la falta de preliminares. Llegaba, pimpan y ya está. No creáis que él se daba por aludido, que va, lo consideraba normal.
Recordando la experiencia anterior, se me ocurrió preguntarle a ella como tomaba él los cafés. Casi no me dejó matizarle que me refería al protocolo . . .
Su respuesta fue rápida, espontánea y contundente. De un tirón ¡!!
Toma ya, el macolis sonriendo . . .
Con esto se había reforzado mi hipótesis, y a partir de ese momento observé esta casuística mucho más a menudo. Como no podía preguntar a las novias, o mujeres, de todos los tíos que veía tomando café . . . vigilaba sus comportamientos en otras facetas. Impulsivos, poco reflexivos, aquí te cojo aquí te mato. No sólo no saboreaban el café, no saboreaban la vida, lo cual tampoco quiere decir que no la disfrutaran, pero no la exprimían. Quién toma el café despacio también puede tomarlo rápido, pero quién lo toma con prisas tiene más dificultades para ralentizar ese placer (no es de Confucio eh, es mío).
En los años posteriores me sirvió para mi trabajo de management. Con un sólo café ya tenía avanzadas ciertas características, no me refiero a las sexuales, sobre los comportamientos de las personas con las que me entrevistaba. Puedo asegurar que me sirvieron de mucho.
¿Podemos aplicarlo al póquer? Imaginaros una comida y sus posteriores cafés, para continuar con una buena partida de póquer entre amigos. Fijaros en esos detalles. Valorad los impulsos y la falta de reflexión en el momento de tomar decisiones.
Cuando participéis en un torneo, invitad a los jugadores de la mesa a un café durante las pausas, o si estáis en cash pedid ¡café para todos! y observadles.
Y ¿en online? … bueno, podéis preguntarles en el chat.
Y por supuesto . . . tomad el café despacio ¡!!! . . . os estaré vigilando :_)
PD: Dedicado a dos mujeres, una de aquí y otra de allá.