La vuelta de PokerStars a Estados Unidos tras cinco años de cierre es un hecho desde la pasada semana, de manera legal y con todos los papeles en regla, por obra y gracia del estado de Nueva Jersey.
Hace ya una década desde que la entrada en vigor de la ley conocida por el acrónimo UIGEA echara a un buen número de salas del país norteamericano y obligara a PokerStars a trabajar con sus clientes estadounidenses tras las neblinosas e imprecisas fronteras de los llamados mercados grises. Y -como pasa el tiempo, pardiez- se cumple un lustro del Black Friday, fecha en la que el FBI cerró definitivamente la verja del negocio que los Scheinberg tenían montado en EE.UU.
Isai, pese a que había acudido a diversos bufetes de abogados para confirmar su opinión de que esta ley y otras no eran aplicables al poker online -como luego confirmaría la reinterpretación que hizo de la Wire Act el gabinete de Obama y que abrió la puerta al poker intraestatal-, intentó por activa y por pasiva congraciarse con los americanos.
Le quitó el muerto de Full Tilt Poker de las manos al Departamento de Justicia, pagó una morterada en multas e intentó cumplir todos los requisitos para volver a ofrecer poker online en el mayor mercado del mundo. Hasta decidió comprar un casino en Nueva Jersey para no tener que compartir mesa con los magnates del juego físico que abiertamente le deseaban los peores males. Pero fue en vano. No le dejaron.
Las pocas esperanzas en que alguna vez se le perdonara que levantase su imperio a costa de las aportaciones exentas de impuestos de los sobrinos del Tío Sam llevaron a Scheinberg a ponerle precio a PokerStars cuando Amaya se interesó por su compra. Un precio desmesurado, sin intención de facilitar la venta. Pero Baazov aceptó la cifra y mostró los avales. Isai, harto de esperar por ser exonerado por los yanquis, vendió su empresa.
La Comisión del Juego de Nueva Jersey aceptó el martirio de los Scheinberg y allanó el camino a una alianza de PokerStars con el Resort Casino, un socio de la industria del juego físico establecido en el estado como manda la ley. De ahí a la licencia, un paso. De la licencia al retorno efectivo de la sala a los Estados Unidos, un vía crucis que terminó el pasado lunes.
El interés de los jugadores por el retorno de Stars al país se ha mostrado incluso superior al de los diferentes dueños de la sala. A pesar de los destrozos que han hecho Davis Baazov y su cohorte en la reputación de PokerStars en los últimos meses, la nostalgia mantiene un filtro color de rosa ante la mirada de numerosos veteranos del poker online, que han visto pasar muchos inviernos sin un cliente instalado en sus portátiles.
A la hora punta del día de la apertura, el contador de los jugadores conectados a los servidores de PokerStars en Nueva Jersey alcanzaba los 1.000, más de lo que nunca hayan juntado sus rivales. El primer Sunday Million del nuevo mercado, d e200$ de buy-in, consiguió juntar a 309 jugadores y ofreció un prizepool de más de 57.000$. Mejor evitar comparaciones.
Los analistas han dejado pasar una semana antes de confirmar el liderato de PokerStars en Nueva Jersey, para recabar unos datos de tráfico más fiables y poder estudiar el impacto del estreno de los de Amaya. PokerStars se ha colocado como la sala número uno del poker online en Nueva Jersey, al provocar y capitalizar un crecimiento del 20% de todo el mercado (efecto retorno), a la vez que le robaba un 30% del tráfico a 888/WSOP y un 20% a Party/Borgata (sus dos competidores).
El acaparamiento del tráfico era algo esperado por todos los expertos de la industria, aunque los plazos requeridos para la toma de posesión se esperaba que fueran muy superiores. Desde OnlinePokerReport, donde hemos recogido las cifras, esperan que la caída de la competición se frene a no mucho tardar. Los que llevamos sufriendo un mercado cerrado durante años sabemos que el tráfico es limitado, y que abundan los usuarios que tienen que recurrir a la multisala para poder jugar cash. Además, Party ha establecido un calendario de torneos muy sólido, que le ayudará a intentar sobrevivir como tercero en discordia.
De todos modos, se ha podido comprobar de primera mano el tirón que tiene la marca entre un público hambriento de poker online. Estados Unidos sigue siendo la mejor cantera para la clientela del sector, y parece esperar a su sala favorita como maná caído del cielo. Una excelente noticia entre tanta subida de rake, tanto acoso al jugador regular y tanta compartimentación administrativa a la caza del rico impuesto. Y un balón de oxígeno para el atribulado David Baazov, al que le están sacando todos los trapos sucios de la rocambolesca operación de compra necesaria para hacerse con una empresa que era diez veces más grande que la suya propia.
La vaivenes de la sala de la pica roja son un termómetro bastante fiable de la salud del sector. No está de más que nos dé una pequeña alegría de vez en cuando.
