Con el corazón todavía encogido por la larga pesadilla de la que apenas habíamos despertado, el año pasado nos aferramos a un cierto optimismo, que se alimentaba de los prometedores números de los festivales postpandemia, para proponer una cita a un año vista en la que analizar el futuro de nuestro pasatiempo.
12 meses después, las WSOP han estrenado una nueva sede con grandes expectativas de crecimiento, los clásicos de Praga y Barcelona han batido todas sus marcas y el World Poker Tour ha despedido un año de renovación poniendo en juego la mayor bolsa de sus 20 años de historia.
Todos los grandes circuitos en vivo, sin excepción, acabaron retornando a nuestro país. En Madrid se batió un récord mundial, en el Winamax Poker Open de Torrelodones, el de mayor número de registros obtenido en un torneo 6Max. Gran Vía sirvió de escaparate para los High Rollers de las Triton Series por primera vez. Y Barcelona volvió a ser el centro de atención del mundo del póker en un inolvidable festival que hizo coincidir el CEP, el Estrellas y el EPT, para brindarnos un mes entero del póker del más alto nivel.
Lo que tenemos por delante suena aún mejor. Resucita la PCA Bahamas, y Ramón Colillas tendrá por fin la oportunidad de defender su condición de primer y único campeón, hasta el momento, del Pokerstars Players’ Championship 25k$, para el que un buen número de jugadores españoles han sellado sus Platinum Passes.
Este verano también puede traer la noticia más esperada de los últimos años, el día en que el Main Event supere el número de jugadores que lo disputaron en 2012.
El póker en vivo vive un momento dulce, en el que los operadores demuestran cada vez con más argumentos que han entendido el mensaje del jugador. Los festivales son acontecimientos con una vertiente competitiva y una vertiente social, igual de importantes, y cada vez cuidan más ambos aspectos de la experiencia.
En el póker online, parece haberse alcanzado una meseta en la que la industria se encuentra ciertamente cómoda, pero que carece del vibrante atractivo del presencial. Sin embargo, una visión más detallada descubre notas de color como las aparición puntuales del Sunday Million en el lobby de Pokerstars o la extraordinaria promoción de los Expressos millonarios de Winamax, de la que venimos dando cuenta cada poco en Poker10 porque nunca deja de ser noticia un pinchazo de 800.000$ en 20 manos.
Para el aficionado, la abundancia de material audiovisual nos sitúa en la mejor era del entretenimiento con la baraja francesa. Han desembarcado grandes nombres en Youtube y Twitch, PokerGO reúne más de 130 eventos televisados en su Tour y las partidas de high stakes afloran como banderín de enganche para cada vez más casinos y circuitos, con cifras de audiencia superiores a las de la época dorada de la televisión pokeril.
Permítenos sonar especialmente optimistas después d la época oscura de la que , en realidad, nadie sabría cómo íbamos a salir, si reforzados o heridos de muerte. Por ahora no nos sentimos desfallecer, y en el espejo encontramos motivos para el piropo, así que ha debido salir bastante bien la cosa.
Rescatamos una frase del mensaje de las últimas horas de 2021:
«El año pasado, en nuestro mensaje navideño, releído con perspectiva, solo éramos capaces de mirar al pasado. Miremos hoy hacia el futuro«.
Lo que hemos visto de ese futuro en estos 12 meses nos ha dibujado una sonrisa en el rostro. Sigamos con la mirada enfocada en ese horizonte cada vez más despejado, colorido y radiante, con la esperanza de que nada enturbie esa visión.
Renovemos, entre tanto, la promesa de seguir siendo la voz del póker más cercano, el de los lobbys diarios; y también celebrar más y más éxitos de nuestros representantes en el concierto internacional.
Dicho queda ¡Que aprovechen las uvas, el champán, y sobre todo la compañía!¡Felices Fiestas!