Nadie que tenga un mínimo conocimiento sobre la materia duda ya que el poker es un juego en continua evolución. Y no únicamente en cuanto a estrategia y modalidades, sino en aspectos más intrínsecos de la naturaleza humana.
Si pudiésemos borrar de nuestra mente todo lo que sabemos sobre poker y nos dejaran en el pasado, pongamos 10 años atrás, nuestra evolución mental acerca del juego sería para la mayoría de nosotros la siguiente:
En un primer momento lo consideraríamos un juego de cartas más, con el aliciente de apostar dinero y la extraña creencia de que ser frío, poner caras raras y tirarse grandes faroles nos llevará a conseguir importantes cantidades de dinero. Nada más lejos de la realidad, como ya todos sabemos. Posteriormente, tras comprobar que ésta no es una estrategia ganadora y sufrir nuestros primeros ‘bad beats’ empezaremos a pensar que se trata de un juego en el que el azar lo es todo, sino ¿porqué siempre le cae el as en el river?. ísta es la primera gran criba en el camino, de aquí muchos ya no salen, se darán de bruces contra la pared una y otra vez hasta que pierdan su dinero o abandonen su afición.
Los que son capaces de superar las primeras ‘malas rachas’ se darán cuenta de una realidad dolorosa: simplemente no son buenos jugadores. Aquí es cuando las personas empiezan a ser conscientes de que el poker es un juego de habilidad que requiere de horas y horas de trabajo y esfuerzo. Los hay valientes que aceptan esta realidad y continúan el camino, leyendo todo lo que pueden acerca de estrategia y mejorando poco a poco su juego hasta el punto de no ser perdedor, al menos no contra la mayoría de jugadores.
Bien, estamos en un punto en el que conocemos el juego, sabemos a lo que nos enfrentamos, hemos estudiado estrategia y aún así seguimos sin lograr nuestros objetivos….¿cuál es el siguiente paso lógico? La respuesta es sencilla, toca profundizar en los aspectos matemáticos del juego. Analizar nuestros movimientos y los de nuestros rivales de una forma empírica, con datos reales sobre la mesa, moldeando distintas situaciones posible y eligiendo la más rentable. Aquí es también donde aparecen los softwares de apoyo, aunque no son totalmente imprescindibles.
Los mejores llegan hasta aquí y realizan esta parte a la perfección pero, como siempre, se puede mejorar.
Hoy en día los grandes jugadores del mundo tratan de mejorar su juego centrándose en los aspectos mentales que lo rodean. Por ejemplo, hace unos años cuando le hablabas a los jugadores alemanes que actualmente dominan los High Rollers sobre la ‘energía positiva’ necesaria para mantenerse en calma y jugar bien, simplemente agachaban la cabeza y esbozaban una pequeña sonrisa. Para ellos se trataba de una cuestión puramente matemática.
Hoy en día Gruissem ha reconocido practicar yoga, Martin Finger se alivia practicando mucho deporte y otros muchos realizan meditación con la finalidad de aprender a combatir la varianza desde un aspecto mental a la par que encontrar el equilibrio necesario para las mesas.
Este trabajo mental no cambiará la carta del river pero te proveerá de armas muy eficientes a la hora de encajar los golpes.
Incluso se podrán cuantificar beneficios a corto plazo, por ejemplo cuando un jugador decida tirarse porque crea que llevas una buena mano debido a la tranquilidad que desprendes. Al fin y al cabo la forma más fácil de controlar expresiones y reacciones es mantenerse tranquilo.
El caso contrario también se da a diario; los quejicas y los llorones jamás serán respetados en una mesa de poker sino todo lo contrario, serán ‘atacados’ continuamente y finalmente destrozados pokerísticamente por sus rivales en consecuencia de sus actitudes.
Finalmente, y como resumen:
EQUILIBRIO MENTAL = ASPECTO CRUCIAL PARA JUGADOR EXITOSO
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