Seguro que muchos jugadores recordarán con cariño el 2011, un año que ha significado la consolidación de unos, como es el caso de Ben Spindler -el veinteañero alemán que ganó el European Poker Tour de Londres– o de nuestra Ana Márquez, que tras un impecable paso por Bahamas pasó a engrosar las filas del Team Pro español.

Sin embargo, otros tratarán de borrar de sus recuerdos un año nefasto. Este es el caso de Phil Ivey, la estrella estadounidense que ha tenido que aguantar carros y carretas tras el Black Friday.

Primero llegó el cierre del mercado online en su país, lo que lo dejó sin poder jugar en internet. Más tarde crecieron las acusaciones sobre su persona como propietario de Tiltware. Y ahora se han hecho públicos los detalles económicos de su divorcio.

El pasado 14 de noviembre, Luciaetta Ivey, su ex mujer, decidió recurrir la sentencia que había pronunciado el juez de la causa, Bill González, el 29 de diciembre de 2009. La sentencia no había dejado satisfecha a la dama.

Tras recurrir, ahora sí parece que podrá olvidar el difícil trauma sufrido. Y lo hará con la vida solucionada.

De acuerdo con el rotativo Las Vegas Review Journal, Luciaetta se ha quedado con un coche, un seguro de vida, la entrada de una casa, el 50% de la venta de una vivienda conyugal, el 40% de las acciones de su Phil y el 40% de los negocios de este. Además, la ex pareja del «Tiger Woods» del poker se quedó con joyas valoradas en un millón de dólares.

Por si esto fuese poco, el Pro tuvo que hacer frente a una deuda que su mujer contrajo de más de quince millones de dólares así como un descubierto de 170.000 dólares que tenía en una tarjeta de crédito.

Veremos qué le depara el futuro a Ivey tras esta penosa noticia.